Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Después de dos meses del socavón en el kilómetro 44 de la ruta que lleva hacia el principal puerto de Guatemala (Puerto Quetzal), por el que ingresa y egresa aproximadamente el 60% del comercio guatemalteco, las autoridades han sido incapaces de dar una solución, han habilitado un solo carril.  ¿Cuándo concluirán las reparaciones? Quien sabe, ya que la comunicación que el gobierno ha brindado son una serie de comunicados ambiguos, en los cuales el principal responsable de la cartera de comunicaciones “culpa” al clima, es decir, a las lluvias, del escaso avance que han tenido las obras para reparar dicho tramo.  El sentido de urgencia del ministro de Comunicaciones es NULO.

El puerto al que lleva dicha ruta, Puerto Quetzal, responsabilidad del mismo ministerio, enfrenta un serio problema por un contrato de usufructo, realizado por otro gobierno, de la principal operación de descarga de contenedores que tiene dicho puerto, la cual tiene un alto riesgo de paralizarse por haber sido declarado nulo (elcontrato) por orden de juez competente, debido a su ilegalidad al no ser la figura adecuada.  El sentido de urgencia del ministro de Comunicaciones para resolver este problema también es NULO.

El mismo puerto, Puerto Quetzal, actualmente se encuentra colapsado, al punto que los barcos que llegan con mercadería deben esperar de 30 hasta 45 días para atracar, causando onerosos costos por demoras a prácticamente todos los barcos que llegan, lo cual nos resta competitividad como país.  Este problema, lejos de solucionarse, se ha exacerbado con el pasar de los meses sin que nadie haga nada al respecto.  Con lo que los importadores y las navieras han pagado en concepto de demoras en los últimos dos años en Puerto Quetzal, fácilmente se dispondría de un nuevo puerto en el Pacífico guatemalteco.  Esto no es exageración.  Y, por supuesto, el sentido de urgencia del ministro de Comunicaciones para resolver este problema es NULO.

Mientras escribo estas líneas, circula en redes una supuesta carta que personeros de una empresa danesa, propietaria de barcos graneleros así como gestora y operadora de fletes de graneles, enviaron a las autoridades de la Empresa Portuaria Quetzal indicando que están considerando seriamente la suspensión de sus fletes a dicho puerto debido al tiempo que sus barcos deben esperar atraque, así como por los cambios recientes que dispuso la portuaria en la reglamentación para atraque de barcos que contienen hierro o cemento.  Que una empresa que maneja entre 80 y 90 barcos, entre los propios, gestionados y operados, decida suspender sus operaciones a Puerto Quetzal es una pésima señal que estamos enviando como país.

Todos estos problemas, si bien necesitan una solución integral, también requieren de acciones urgentes por parte del bisoño ministro para que la economía nacional se vea lo menos afectada posible.  La decisión del cierre total de la autopista de Palín a Escuintla, la inoperancia de Puerto Quetzal, aunados a la pachorra del ministro Alvarado para encontrarles soluciones, han tenido consecuencias muy negativas para la economía guatemalteca en estos últimos dos meses, pudiendo empeorar de no solucionar inmediatamente los problemas de Puerto Quetzal.  Lo perfecto es enemigo de lo bueno, diría Voltaire.

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