El lunes pasado el presidente Arévalo, acompañado de la Vicepresidenta y varios ministros, acudió al Congreso de la República para presentar la propuesta de reforma a la Ley Orgánica del Ministerio Público, con el fin de devolver al presidente la potestad de remover al jefe del MP bajo causa justificada,
La respuesta de la jefa del Ministerio Público no se hizo esperar y ayer, en una conferencia de prensa, acuerpada por sus fiscales y por su secretario general, Ángel Pineda, arremetió contra el Presidente, la Vicepresidenta y su equipo, instándoles a trabajar por el pueblo, ya que para ello fueron elegidos.
La jefa del MP resultó ser tan cínica como los dos expresidentes (Morales y Giammattei) que la nombraron para ocupar el cargo de Fiscal General. También fue evidente la abismal diferencia entre la lectura del texto que le redactaron a la fiscal y sus respuestas sin tener un guion a la mano para leer. Asimismo, fue notoria su disociación con la realidad.
Llamó la atención la forma en que, tanto la fiscal como su secretario general, evadieron responder a todas y cada una de las preguntas hechas por los reporteros de los distintos medios presentes en la conferencia de prensa, repitiendo la misma narrativa que ya habían leído hasta la saciedad en sus respectivas intervenciones. Es obvio que el Ministerio Público no va a investigar ni un solo caso que pueda afectar a los expresidentes Morales y Giammattei, menos a la pareja del segundo. Tampoco investigarán a sus aliados.
Pese a que la semana pasada, el ahora exdiputado José Armando Ubico, amigo y aliado del expresidente Giammattei y de su pareja, también condecorado por el Ejército de Guatemala, se entregó a las autoridades de los Estados Unidos declarándose culpable de narcotráfico. Lo más seguro es que está informando, con lujo de detalles, qué funcionarios públicos, en su momento, le ayudaron a proteger el trasiego de drogas a los Estados Unidos y cuánto les pagó, con el fin de reducir su sentencia. Este es el tipo de crímenes (y criminales) que no investiga la cúpula de Gerona.
Los Baldizón, Benito, Sinibaldi y un larguísimo etcétera de personajes acusados de corrupción, están saliendo libres de las acusaciones que en su momento les hicieran. Esto, ante la pasividad de un Ministerio Público bajo la administración de la señora Consuelo Porras.
El camino para remover a la fiscal es largo, tan largo, que es muy probable que ella no ocupe su cargo cuando la propuesta de ley para removerla sea aprobada, si es que el Presidente consigue los 107 votos que necesita para su aprobación, cosa que se antoja sumamente difícil, sobre todo por las carencias para negociar que ha demostrado la bancada del otrora partido Semilla. En repetidas ocasiones me referí a la bisoñez del mandatario y su equipo, la cual se ve reflejada en la mayoría de las acciones que inician, pero que no logran ejecutar, y a la dificultad que tendrá para navegar en las aguas de un congreso fraccionado, del cual no tiene mayoría.
Si algo necesita el presidente Arévalo, es asesorarse bien en cómo moverse en la política nacional, y nutrir a su equipo de operadores políticos con experiencia, no los que tiene hoy, para que puedan llegar a acuerdos serios con las bancadas que no apoyan a VAMOS, que son varias. La ruta es muy difícil, y aún está por verse si el presidente, o su vicepresidenta, pierden la paciencia con todos los obstáculos, algunos muy difíciles de franquear, que tienen enfrente.