Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Bernardo Arévalo y el Movimiento Semilla tenían 1,460 días para gobernar desde que tomaron posesión el 15 de enero.  Al día de hoy ya transcurrieron 80 días de su gobierno, más de un 5% del tiempo que tienen disponible. Cuando se gestiona un proyecto, de corto o largo plazo, se tiene una restricción de tiempo que es lo primero que el o los responsables de dicho proyecto deben administrar.

A los 80 días, el mandatario ya ha realizado dos viajes al extranjero, Europa y los Estados Unidos, para agradecer los apoyos recibidos y para gestionar inversiones en el país, entre otros, según distintos medios. Y aunque las relaciones con nuestros socios comerciales, principalmente Estados Unidos, son importantes, creo que el presidente debe tener muy claro que tiene una limitación muy relevante, llamada tiempo, que debe considerar.

Existen retos impostergables para este gobierno que deben ser abordados con la inmediatez que los mismos ameritan. La reducción de la desnutrición crónica infantil en el país debe ser de máxima prioridad, al igual que el combate a la corrupción, principalmente con el valladar que representa el Ministerio Público para investigar los presuntos actos de corrupción que cometieron exfuncionarios de los gobiernos de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei, incluidos los exmandatarios. De igual importancia debe ser la inversión en infraestructura (carreteras, puertos y aeropuertos), así como la generación de empleos vía la inversión privada, nacional y extranjera.

A lo anterior debe sumarse la forma en que algunos miembros de su bancada, en su deseo de figurar en todo, obstaculizan negociaciones con otros partidos políticos, incluida la oposición, que puedan materializarse en acuerdos de beneficio para el país. Debemos recordar que el Congreso, por muy cínicos y corruptos que sean la mayoría de los diputados, es un actor clave para la gobernabilidad en el país.

Adicional a todo lo anterior, se puede ver en las calles que los funcionarios del actual gobierno continúan viajando en autos de lujo, con escoltas, policías y demás prebendas que los terminan convirtiendo en personajes prepotentes, arrogantes y que se creen por encima de las demás personas. Es frecuente llegar a semáforos o cruceros, donde los policías o los coleros con sus respectivos guardaespaldas paran el tráfico para que pase el funcionario, sin que le asista el derecho de la vía.  A los 80 días de gestión, el presidente tampoco ha cumplido con su promesa de campaña de reducirse a él y a todos los funcionarios de su gobierno, sus onerosos sueldos y prebendas. ¿O acaso será la primera de muchas promesas que el actual presidente, al igual que su antecesor, no piensa cumplir?

Debido a que los resultados de la gestión del presidente Arévalo no se materializarán a la velocidad que sus votantes y simpatizantes esperan, considero imprescindible que el mandatario y su equipo tengan el mínimo sentido común para dar el ejemplo, con acciones de austeridad, que nos hagan pensar que tienen la intención de cambiar las cosas, empezando por cambiar ellos mismos.

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