Emilio Matta Saravia
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El 22 de abril, por medio de un video que subió a sus redes sociales, el presidente Alejandro Giammattei anunciaba que salía hacia Taiwán para “estrechar los lazos de hermandad entre nuestras naciones”. De acuerdo con las palabras del Presidente, la economía del país “va volando” y Guatemala es el “único” país de Latinoamérica que ha crecido sostenidamente según las calificadoras internacionales. Más que el desconocimiento del gobernante en materias de economía y finanzas, llama la atención su evidente disociación con la realidad de la gran mayoría de los guatemaltecos, a pesar de que se precia de ser el primer presidente “municipalista” en la historia del país. En realidad, el mandatario es cercano únicamente con los jefes ediles y con quienes ellos acarrean a las presentaciones del Presidente, no así con los habitantes de los municipios.
Tan sólo 10 días después de haber subido su video donde presumía de la situación económica del país, el medio Prensa Libre publicó la primera de dos encuestas en la que sondearon la intención de voto de los guatemaltecos, así como la percepción que tienen los guatemaltecos de este gobierno y cuáles son sus mayores preocupaciones. Tres de cada cuatro guatemaltecos consideran mala la gestión del presidente Giammattei y cuatro de cada cinco consideran que la situación en general ha empeorado. La principal preocupación es la situación económica y la falta de empleo. Los hallazgos de la encuesta de marras contrastan abismalmente con lo que expone el mandatario en su video. Y no es para menos.
Al final de un mal gobierno, lo único que le va quedando al Presidente, una vez los aduladores se alejan, es engañarse a sí mismo, creyendo que su gestión ha sido la mejor en la historia del país. En cualquier discurso del Presidente se puede escuchar referencias a que su gobierno “fue el primero de la historia” en hacer tal o cual obra, o ha sido “el que más ha apoyado en toda la historia del país” tal o cual causa. Esta grandilocuencia usualmente no guarda ninguna coherencia con la realidad. Todo esto ocurre única y exclusivamente en la cabeza del mandatario. La realidad del guatemalteco de a pie es muy distinta. El alto costo de la vida, aunado a la violencia y la inseguridad son preocupaciones de todos los guatemaltecos, menos del presidente Alejandro Giammattei.
La economía del país “vuela” por la inyección de aproximadamente 1,500 millones de dólares mensuales en concepto de remesas familiares, que son la razón principal por la que Guatemala ha tenido el ritmo de crecimiento económico del que tanto se ufana el Presidente. Las remesas familiares aportan uno de cada cinco quetzales del PIB nacional e inciden hasta en un 50% de su crecimiento, cosa que el mandatario es incapaz de aceptar. De la misma forma, y para contrarrestar el efecto cambiario que provocan las remesas devaluando artificialmente el quetzal, las reservas monetarias internacionales son tan altas, otro rubro del que el mandatario gusta alardear en sus discursos.
La economía de Guatemala “va volando” debido, principalmente, a las remesas, NO a las políticas económicas de este gobierno ni de los anteriores.