Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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Este proceso electoral 2023 va a pasar a la historia como el peor que ha habido en Guatemala, con diferencia. No he visto nada, nada que se acerque a este espectáculo, indigno hasta del peor circo que uno pueda imaginar. La deplorable actuación del Tribunal Supremo Electoral, con unos magistrados serviles a las instrucciones que les giraron para sacar contendientes, y no al servicio de la investidura de sus cargos, la ausencia de propuestas de los candidatos a la presidencia, municipalidades y congreso, aunado a los shows que realizan diariamente en redes sociales y tarimas en los distintos puntos del país dichos candidatos, hacen de las elecciones del 2023 literalmente un circo.

Los candidatos deberían discutir propuestas serias para erradicar la desnutrición crónica infantil, para mejorar el sistema de salud y el de educación, para incentivar a la micro, pequeña y mediana empresa para generar más empleos, para mejorar la infraestructura vial, portuaria y aeroportuaria con miras a mejorar la competitividad del país, deberían decirle al votante, con detalle, cómo es que planean combatir la corrupción. En vez de hacerlo, se dedican a montar espectáculos baratos, con canciones banales y superficiales, hacen bailes, chistes, actos de “magia”, videos ofreciendo la pastillita azul para que “funcionen” los hombres, cualquier cosa con tal de caer simpáticos para ver si así logran el favor de los votantes, quienes, de acuerdo con la encuesta publicada esta semana por el medio Prensa Libre, obviamente prefieren al Mechito.

La referida encuesta tiene algunos datos interesantes. El 95% de los encuestados no votaría por el continuismo, es decir, por el candidato del partido oficial. El gobierno actual saldrá por la puerta de atrás, a pesar de haber realizado una campaña anticipada vergonzosa y de haber utilizado al aparato estatal para la campaña electoral, con la venia del Tribunal Supremo Electoral y sus magistrados, quienes pasarán a la historia como los que destruyeron la credibilidad que los votantes aun teníamos en dicha institución. El 95% de los guatemaltecos, hoy, le dicen NO al “municipalista” Giammattei. Otro gran perdedor es el comediante, este sí lo es de profesión, Sammy Morales, que ni siquiera aparece dentro de los 5 primeros puestos, pero tiene un antivoto de 16.1% en rechazo, no sólo a su persona, sino que también a su hermano, Jimmy, y su pésima gestión cuando fue presidente. De Sandra Torres se puede decir lo mismo que en las elecciones pasadas y antepasadas, tiene un caudal importante de votos, pero un rechazo aún mayor, lo que le ha impedido en dos ocasiones acceder a la presidencia. Y la gran perdedora, al menos hasta hoy, es Zury Ríos, quien ni en su bastión, la capital, puede presumir de liderar la intención de voto. Su partido, recordemos, fue uno de los ponentes de la solicitud realizada al TSE de eliminar los nombres de los diputados en la papeleta, a la cual los serviles magistrados accedieron de inmediato. No cabe duda que sus impresentables candidatos a diputados, entre ellos dos exfuncionarios del gobierno de Jimmy Morales, han abonado a la causa de generar el abultado antivoto que tiene ahora la hija del exgolpista Rios Montt.

Cuando uno votaba antes, se decía que el voto debería ser para el menos peor de los candidatos. En estas elecciones del 2023, estimado lector, nos podemos dar cuenta de que ya no existe el candidato menos peor. Todos, sin excepción, son igual de malos. Politiqueros venidos a comediantes.

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