Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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Hace un poco más de un año, el 8 de julio de 2021, ingresaba al país una donación de 1.5 millones de dosis de vacunas Moderna hecha por los Estados Unidos. En el acto protocolario, un Alejandro Giammattei visiblemente aliviado, como que le hubieran quitado un enorme peso de encima, daba las “gracias” al gobierno de los Estados Unidos y al embajador Popp. La situación en la calle estaba muy tensa y tan solo 7 meses antes el mandatario guatemalteco tuvo que reprimir con lujo de violencia, por el supuesto, yo más bien diría sospechoso, simulacro de incendio en el Congreso las manifestaciones que se dieron el 20 de noviembre frente al Palacio Nacional. Tambien cerró, de muy mala gana, su Centro de Gobierno.

Luego de conocerse la inclusión de la Fiscal General Consuelo Porras, su amiga, en la lista Engel elaborada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, la relación con el país del norte se enfrió sustancialmente, llegando el mandatario guatemalteco a acusar al embajador Popp, a quien había agradecido tan vehementemente la donación de vacunas, y a la USAID (agencia de cooperación estadounidense), de querer derrocarlo.

Al mismo tiempo se había gestado el asqueroso y desagradable negocio de las vacunas Sputnik V con el Fondo Ruso de Inversión Directa, de tan mala recordación para el público en general, ya que es una vacuna de inferior calidad que encima no es aceptada en todos los países del mundo, nunca fue un negocio transparente para la población guatemalteca y se pagaron por adelantado todas las vacunas compradas, además de que más de la mitad se venció, es decir, se tiraron a la basura más de la mitad de las sobrevaluadas vacunas.

Unos meses más adelante se supo del presunto soborno de la alfombra mágica para proteger las operaciones mineras rusas en el norte del país y luego se dio la destitución del titular de la FECI y la desarticulación de dicho aparato de investigación del MP. En aquel entonces los rusos tenían un sitio muy importante para el gobierno, que había hecho de lado a los Estados Unidos por el nombramiento de la Fiscal General como parte de la Lista Engel.

Pongo todo lo anterior en perspectiva, ya que los guatemaltecos en general tenemos muy mala memoria y nos cuesta un poco más hilar las conductas del mandatario. Ahora resulta que, luego de la invasión rusa a Ucrania, el presidente se va a dar baños de pureza, enfundado en una chumpa de cuero, acusando a los rusos por la invasión a Ucrania, pero siendo parte medular en la corrupción generalizada a lo largo y ancho del gobierno que preside, corrupción que literalmente mata a los niños de hambre.

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