Emilio Matta Saravia
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Todos y cada uno de nosotros, los guatemaltecos de a pie, pagamos un importante sobreprecio por los combustibles que consumimos, por el gas con el que cocinamos, por las tortillas y el pan que comemos y por todos los productos que se importan al país. Con este sobreprecio que pagamos todos los guatemaltecos, estamos subsidiando, entre otras cosas, la campaña oficialista que ya dio inicio. Para entender cómo es que la subsidiamos, es necesario explicar el comportamiento del quetzal frente al dólar desde 2016 a la fecha y cómo ha sido manipulado por el Banguat. Uso la palabra MANIPULADO sin tapujos porque eso es exactamente lo que hace la intervención del Banguat en el mercado cambiario.
Desde 2016, el monto de remesas familiares y exportaciones (la oferta de dólares) ha superado a las importaciones (la demanda de dólares), haciendo que se aprecie el quetzal frente al dólar. En 2016 la oferta de dólares ya superaba la demanda por 620.8 millones de dólares, en 2017 por 804.9 millones de dólares, en 2018 por 572.2 millones de dólares, en 2019 por 1,810.9 millones de dólares, en 2020 por 4,680.2 millones de dólares y en 2021 por 2,310.8 millones de dólares. Debido a este fenómeno, en 2016 el tipo de cambio llegaba a niveles de Q7.50 por $1.00, en 2017 a Q7.30 por $1.00 y en 2018 inició a Q7.20 por $1.00, por lo que en 2018 la Junta Monetaria se inventó un mecanismo llamado política de acumulación de reservas, donde le permitía al Banguat intervenir discrecionalmente en el mercado cambiario para modificar su tendencia. Iba a ser temporal, pero sigue vigente de forma indefinida. Durante los primeros dos años del régimen de Alejandro Giammattei, el Banguat ha acumulado compras de dólares para intervenir en el mercado cambiario por valor de $2,234 millones, con el único objetivo de frenar la apreciación del quetzal frente al dólar, y en 2022 ya lleva comprados $1,000 millones a mayo, por lo que con toda seguridad sobrepasarán los $2,000 millones al final de este año. Utilizando un modelo estadístico para proyectar el tipo de cambio sin aplicar la política de acumulación de reservas, el tipo de cambio estaría hoy alrededor de Q5.90 por $1.00. A este tipo de cambio, un galón de gasolina, impuestos incluidos, estaría en menos de Q30. Sin el impuesto a la distribución del petróleo, el mismo galón debería rondar los Q25. El quintal de maíz, por ejemplo, estaría en Q105 y no en Q150 y usted recibiría 4 tortillas por un quetzal en vez de 3 y el pan costaría 30 centavos, no 50. Esto por mencionar un par de productos básicos en la dieta del guatemalteco.
El 2022 fue declarado el “año de los logros” por el presidente. Sin embargo, más que logros, en este año preelectoral el gobierno necesita recursos, y muchos, para repartir obra clientelar (para obtener votos y voluntades) a los alcaldes y diputados, quienes a su vez la otorgarán, coima de por medio, a sus constructoras afines. También necesitarán dinero para negociar, a espaldas de la ciudadanía, pactos colectivos con sindicatos de Educación y Salud con el fin de transformarlos en votos. Para financiar todo ese gasto, el gobernante necesita elevar la recaudación, otro alarde presidencial que ha logrado a base de mantener inflados los precios en el país. Solamente en concepto de IVA y Derechos Arancelarios al mes de abril, la administración tributaria lleva Q9.4 millardos recaudados, eso sí, con el tipo de cambio manipulado. Sin manipulación del tipo de cambio, se recaudarían Q2.2 millardos menos. Este dinero, estimado lector, SALE DE SU BOLSA, es decir, USTED LO SUBSIDIA.
El presidente, en más de una entrevista, ha dicho que él no controla los precios internacionales del petróleo y no puede evitar que estos se incrementen, ya que son fijados por el mercado. Tiene toda la razón. Sin embargo, el presidente SI tiene control sobre la aplicación (o no) de impuestos específicos y sobre la aplicación (o no) de la política de acumulación de reservas, con la que se MANIPULA el tipo de cambio (6 de los 9 miembros de la Juna Monetaria son afines al oficialismo). Es más, el gobierno utiliza medidas POPULISTAS como el subsidio a la gasolina con el afán de conseguir votos; subsidio que no debería ser necesario si tuviera políticas económicas congruentes con el libre mercado que tanto dicen defender, tanto él como las plumas pagadas que tiene a su disposición.
¿Qué le quiero decir con esto, estimado lector? Que al presidente NO LE INTERESA en lo más mínimo que USTED PAGUE MÁS por su gasolina y por sus alimentos. Lo único que le interesa es continuar en el poder 4 años más, aunque sea a costillas suyas.