Emilio Matta Saravia
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Según el BANGUAT, la economía había experimentado un crecimiento récord de 7.5% anual en 2021, el cual fue elevado al 8% luego de una visita (aparentemente de turismo, no de trabajo) que hicieran personeros del Fondo Monetario Internacional (FMI). De esto se ha agarrado el presidente Giammattei para alardear, cuándo no, sobre los “logros” económicos de SU gobierno. Fue al Ministro de Propaganda Nazi Joseph Goebbels a quien se le atribuye la estrategia de repetir una mentira mil veces hasta que se “convierta” en verdad. Estrategia que sigue al pie de la letra el gobernante guatemalteco.
El crecimiento o decrecimiento de la economía se mide siempre en términos reales, es decir, se elimina el impacto que inflación causa en el PIB, de tal cuenta que la información del BANGUAT siempre incluye el valor nominal (con inflación) y el valor real (sin inflación). Para ajustar la inflación, los economistas utilizan un valor que se llama deflactor, el cual tiene una metodología de cálculo que no describiré ahora por temas de espacio.
Hace algunas semanas, en la página del BANGUAT estaban publicadas las estadísticas del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) con referencia en el año 2013, las cuales indicaban que en el 2021 la economía creció 7.5% y en 2020 disminuyó 1.5%. En el 2021 el PIB nominal fue de 665.1 mil millones de quetzales y el PIB real fue de 544.5 mil millones de quetzales, mientras que en 2020 el PIB nominal fue de 599,2 mil millones de quetzales y el PIB real fue de 506.4 mil millones de quetzales. Los deflactores utilizados fueron 1.221 en 2021 y 1.183 en 2020.
Estas estadísticas fueron retiradas y en su lugar se colocaron cifras con algunas variaciones, casi imperceptibles, pero que hacen una gran diferencia a la hora de calcular el crecimiento del PIB. Ahora, en el 2021 aparece que el PIB nominal fue de 665.1 mil millones de quetzales, pero el PIB real fue de 546.6 mil millones de quetzales, mientras que en 2020 el PIB nominal fue de 599,4 mil millones de quetzales y el PIB real fue de 506.2 mil millones de quetzales, resulta que ahora la economía se redujo en 1.8% en 2021, no en el 1.5% original. De igual forma los deflactores fueron modificados para quedar en 1.217 en 2021 y 1.184 en 2020.
Seguramente después de recibir órdenes superiores, el servil funcionario del BANGUAT se vio en la necesidad de modificar las cifras para complacer las veleidades del mandatario. Y como era muy difícil modificar las cifras del PIB nominal (ya habían hecho esfuerzos sobrehumanos para llegarle al 7.5%), no les quedó otra que modificar los deflactores de 2020 y 2021. El primero lo incrementaron para reducir el PIB real de 2020, aunque ello significara que la economía decrecería en 1.8%, y el segundo lo redujeron para incrementar el PIB real de 2021. Con estas modificaciones, incrementando el numerador y disminuyendo el denominador, se llegó a la tan ansiada cifra de 8% de crecimiento.
Cuando uno trabaja en Finanzas, la integridad de la información es indispensable para todas las partes interesadas. En este caso, tanto cambio en las cifras causa incertidumbre y, sobre todo, desconfianza en lo que BANGUAT publica. El presidente de dicha institución debería ser firme en rechazar injerencias (aquí sí lo son) del mandatario para publicar la información que el quiera para tratar de impactar en sus giras con sus fogosos discursos, que en eso se quedan. Discursos.
Post scriptum. La próxima semana le estaré explicando por qué debería estar pagando menos de 30 quetzales por galón (sin subsidio), y a quiénes está subsidiando usted en realidad, estimado lector.