Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com

Desde que uno era niño, los adultos nos enseñaban que los niños no debíamos jugar con fuego, porque nos podíamos quemar. Aunque nos lo decían en el sentido literal, esta lección también se podía aplicar en el sentido figurado, de que “no jugar con fuego” podía también ser interpretado como una actividad o acción que podría conllevar peligro, por lo tanto, uno no debería realizarla.

Cuando era candidato a la presidencia, el actual presidente de Guatemala ofrecía cualquier cosa a Raymundo y medio mundo con tal de obtener los votos para llegar a ocupar el cargo que hoy tan indignamente ostenta. Uno de tantos ofrecimientos, como consta en un video que fue difundido en redes sociales por la diputada Samantha Figueroa, fue el pago de resarcimiento a los militares retirados por su servicio en el conflicto armado interno, incluido en la ley de dignificación que dijo apoyar en el video de marras.

El martes pasado los exsoldados ya dieron muestras de que no están para medias tintas, al agredir a periodistas, salubristas, que también manifestaban ese mismo dia, y al quemar varios vehículos e irrumpir violentamente en el Congreso. Para los próximos días se esperan más acciones de hecho, por parte de este grupo que ha reaccionado violentamente ante las promesas incumplidas del mandatario. ¿Y a quién no le ha incumplido el ahora presidente, a excepción de sus financistas, su círculo cercano y su “amiga” del Ministerio Público que tanto Consuelo le da?

La diferencia es que ahora la situación es mucho más volátil, debido a que este grupo de exsoldados ha tenido entrenamiento militar, muy probablemente táctico, lo cual los hace mucho más peligrosos que un grupo común y corriente de manifestantes civiles. Haber ofrecido un resarcimiento sin tener idea de cómo iba a cumplirles (primero, con la aprobación de la ley, segundo definiendo a quiénes se les va a pagar y qué monto, y tercero, consiguiendo los fondos para hacer efectivo el pago, que en este caso se aproxima a los 30 mil millones de quetzales), fue una irresponsabilidad mayúscula de su parte, que encima de todo estamos pagando todos los ciudadanos guatemaltecos con las medidas de hecho que los exmilitares han tomado, como lo han sido, por ejemplo, los bloqueos de carreteras, de la semana pasada. Al presidente no le afectan estos bloqueos, ya que él se moviliza muy cómodamente en helicóptero, a expensas del erario, es decir, de NUESTROS IMPUESTOS.

Jugar con fuego le está saliendo caro al presidente, ya que ahora se verá obligado a cumplir su palabra o a enfrentar a un grupo de personas, que no sólo es numeroso, sino que también cuenta con el entrenamiento y los conocimientos para oponerse violentamente a las fuerzas de seguridad, poniendo en riesgo principalmente a la población civil. La impericia es grave, y puede tener consecuencias fatales para la ciudadanía en general, algo que nunca ha inmutado al presidente, como nos lo ha demostrado en reiteradas ocasiones. Verbigracia, el “confidencial” contrato de las vacunas Sputnik V.

Y todo por no haber aprendido la lección de que no se debe jugar con fuego.

Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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