Se considera un pilar importante en el desarrollo sostenible. Pone a la persona  en el centro de su quehacer. Sus relaciones y la calidad de vida en comunidad son básicas para entender cómo construir un presente más justo y un futuro en el que nadie se quede atrás.

Ya pasó el tiempo en que no se enseñaba a leer a los más vulnerables para evitar que como decía “levantarán la voz o la mano”.

La Sostenibilidad Social busca crear condiciones que promuevan la equidad, la cohesión social y el respeto a los derechos humanos. Es un tema muy importante para profesionales e interesados en la responsabilidad social y en transformar su entorno.

Tiene que ver con la capacidad de las sociedades para desarrollarse de manera equitativa, cohesionada e inclusiva a lo largo del tiempo. Además de atender carencias materiales y fortalecer el tejido social por medio de la educación, salud, participación ciudadana y acceso a oportunidades.

Algo que habría que enseñarle al señor Joviel Acevedo si realmente está preocupado por los niños y adolescentes. E incluso por los padres de familia, elemento importante en la educación.

Implica un compromiso con la justicia social, los derechos humanos y el bienestar colectivo, donde todos tenemos  que garantizar que nadie sea excluido de los beneficios del desarrollo. Convirtiendo la  sostenibilidad social en una forma de actuar todos los días.

Y es aquí en donde el Ministerio de Desarrollo debe dar el 100 para que  las comunidades más pobres y vulnerables alcancen beneficios sociales como salud, educación, trabajo y por ende mejor calidad de vida.

Implica “reconocer que el progreso no puede medirse únicamente en términos económicos. Las relaciones humanas, la igualdad de género, la diversidad y la paz social son elementos fundamentales para que una sociedad sea verdaderamente sostenible.”

Considera que no es suficiente que el sector empresarial cumpla con las leyes y genere empleos, es necesario que se involucre activamente en la promoción de comunidades fuertes, resilientes e inclusivas.

Lo que puede hacerse a través de: ”políticas de diversidad, programas de voluntariado corporativo, respeto a los derechos laborales y cadenas de valor responsables. Y considerar que sus inversiones sociales estratégicas pueden mejorar la calidad de vida en comunidades vulnerables, generando confianza y reputación a largo plazo.

Como la Fundación Castillo Córdova que canaliza sus esfuerzos en nutrición, educación y medio ambiente, buscando mejorar la calidad de vida de los guatemaltecos. Activando programas de atención a emergencias, como «Guatemaltecos ¡al Rescate!» en respuesta a desastres naturales.

La sostenibilidad social busca  crear comunidades resilientes empoderando a las personas para que participen en las decisiones que afectan su vida diaria. Lo que exige  garantizar condiciones básicas como: vivienda digna, seguridad alimentaria, servicios de salud accesibles y entornos libres de violencia.

Invertir en infraestructura social, educación inclusiva y cultura comunitaria es una de las formas más efectivas de fortalecer el tejido social y prevenir conflictos, convirtiéndose en una fuente poderosa de innovación. Al poner en el centro las necesidades humanas, abriendo nuevas oportunidades para desarrollar productos, servicios y modelos de negocio que solucionen problemas sociales reales, apoyando los emprendimientos sociales.

Tareas que bien pueden ser apropiadas por los Ministerios de Cultura y Deportes y Trabajo.

“Indicadores como el Índice de Desarrollo Humano (IDH), los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Índice de Progreso Social (IPS) o las evaluaciones de impacto social sirven como herramientas para monitorear avances y áreas de mejora. También es clave incluir metodologías participativas donde las comunidades evalúen su propio bienestar.”

Además  de crear caminos y espacios para que  las futuras generaciones vivan en un entorno más equitativo, donde el acceso a derechos y oportunidades no dependa del lugar donde se nace o de la  condición social.

Ayudar a crear emprendimientos, para obtener un mejor nivel de vida, con ideas, aprendizajes y hasta recursos, a la vez de educar para conseguir una mejor calidad de vida. En orden, limpieza, respeto, trabajo, recursos compartidos y gastos necesarios.

Una tarea de todos, si consideramos que incluso en los residenciales y colonias con bonitas casas y personas con carros del año y ropa cara, tiran la basura en la calle, no respetan los derechos del vecino, permiten que sus mascotas estén la vía pública sin correa y hacen bulla de madrugada, obstaculizando el descanso de los demás.

Edith González

hedithgonzalezm@gmail.com

Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

post author
Artículo anteriorJosé Batres y José Milla, sus estilos
Artículo siguienteUn acontecimiento literario para 2025 – Parte 25