Cada año y según datos aportados por el Ministerio de Salud de cada país y sus observaciones, la Organización Mundial de la Salud, OMS, lanza un informe que debería servir a los gobiernos respectivos para la mejor toma de decisiones sobre la salud de sus habitantes.
Entre los datos más relevantes la OMS estimó que al final de 2024, 1,4 mil millones de personas más, en todo el mundo, vivirán de manera más saludable, superando la meta de 1 mil millones. Un dato muy alentador para las nuevas generaciones, lo que significa que hay más información sobre cómo vivir de manera saludable y más personas siguiéndola.
También hubo progresos notables en la reducción del consumo de tabaco. Quizás no necesariamente porque la cajetilla diga “ este producto es nocivo para la salud», sino porque muchos adultos han dejado de consumirlo y dejado de ser referentes para los jóvenes. La prohibición de anuncios exhibiendo al fumador podría también estar ayudando.
Además se reportó mejora en la calidad del aire y mejor acceso a agua, higiene y saneamiento. Este dato tiene, en nuestro caso especial, mucho que ver con los alcaldes. Quienes prefieren realizar obras grises que se vean, monumentos a la entrada de las poblaciones, con una placa con su nombre, pero dejan de lado muchas veces la salud de su población. Pensar en agua potable a los hogares, aguas negras entubadas, drenajes y charlas y talleres sobre higiene en el hogar es básico para una mejor salud.
Así es como se llegó a contabilizar que cerca de 637 millones más de personas estaban mejor protegidas de emergencias sanitarias. Y aquí es donde instituciones como CONRED, los cuerpos de bomberos, los COCODES, las organizaciones de padres, tienen un compromiso con la población. La previsión de sitios donde serán construidas las viviendas. O el control de las que ya fueron construidas en sitios inseguros. Un ejemplo conocido es que luego de la evacuación de los habitantes en las faldas del volcán de Fuego, en 2018, Siete años después la emergencia nuevamente surgió ante la erupción que amenazó a los nuevos pobladores del área.
Un campo en el que no se ha avanzado es el de la muerte materno-infantil que sigue poniendo en riesgo millones de vidas. Por un lado las niñas y mujeres que son abusadas y quedan embarazadas, pocas veces acuden a consultas médicas, por desconocimiento o por vergüenza y por otro lado las largas distancias a los puestos y centros de salud hacen que las mujeres, especialmente en el interior del país no acudan a consultas que podrían salvar sus vidas y las de sus bebés, pese a la enorme labor que desarrollan las comadronas, las que no se dan abasto.
Por otro lado, las muertes por enfermedades no transmisibles, como enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, diabetes y cáncer, están aumentando, impulsadas por el crecimiento y envejecimiento de la población, pero igualmente por la falta de diálogo familiar pues si bien no son hereditarias. La tendencia a desarrollarlas existe en las familias y si se realizan chequeos constantes, estas pueden ser atendidas a tiempo.
Una buena noticia es que las tasas de incidencia de VIH y tuberculosis están cayendo, y menos personas necesitan tratamiento para enfermedades tropicales desatendidas, tratamientos caros, en muchos casos escasos y que con precauciones pueden evitarse. Lo más importante es estar informado. Y por supuesto vacunarse y protegerse de enfermedades prevenibles.
La malaria ha resurgido desde 2015 y la resistencia a los antimicrobianos sigue siendo un problema de salud pública. Es un caso a tratar por el Ministerio de Salud fumigando los sitios más propensos a su desarrollo y cuidando a la población del lugar,
Según el informe, la recuperación de los servicios de salud esenciales sigue siendo incompleta.
E indica que los sistemas de salud respondedores dependen de una información sanitaria coherente. Los datos oportunos y fiables impulsan mejores decisiones y resultados más rápidos, pero todavía falta mucho por hacer. La OMS está apoyando a los países a través de la estrategia SCORE para fortalecer los sistemas de información sanitaria y a través del Centro Mundial de Datos Sanitarios, contribuye a normalizar, mejorar y liberar el valor de los datos en todos los países y sistemas.
Muchos países también se están quedando atrás a la hora de abordar los riesgos fundamentales para la salud, como la desnutrición, la contaminación del aire y las condiciones de vida inseguras. Y son estos los aspectos a evaluar y atender mejor por nuestro Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.
Acá es donde se debe priorizar a las ONGs que en el pasado han dado resultados positivos para la población y por supuesto crear condiciones que aseguren que el dinero que reciben sea bien ejecutado En el proyecto de salud propuesto, por una parte para proteger los logros obtenidos con tanto esfuerzo y por otra para responder a las crecientes amenazas sanitarias.
Fuente: Organización Mundial de la Salud