Un duro revés a  sus intenciones recibió el señor del magisterio de parte del Ministerio de Educación, cuando este último se adelantó y promovió un aumento  salarial a los maestros antes que se iniciaran las huelgas de temporada.

Como cada año ya el maestro sin aula  había anunciado  que el magisterio realizaría un paro que llevaría a los escolares del sector público atrasarse en su formación educativa, hasta que el Ministerio de Educación cumpliera  sus peticiones, entre las más importantes como ha sido siempre el aumento salarial al magisterio, porque eso de mejorar la refacción escolar o crear más escuelas, plazas  para maestros y demás, sólo han sido palabras  detrás del verdadero objetivo porque siempre él ha obtenido una buena y como diríamos los chapines jugosa parte del pastel.

 Ahora sabemos que muchos maestros no le quieren en la dirigencia, como ellos mismos han expresado. Y que es tan valiente y caballeroso que se rodea, literalmente, de un círculo de mujeres para evitar que los periodistas se le acerquen y puedan evidenciarlo con sus propias palabras, al impedir que le entrevisten. Aunque algunas se tomen tan en serio su papel que han llegado a golpear a miembros de la prensa y destruir su equipo de trabajo.

Por años este señor ha irrespetado el sistema educativo al contratar un maestro que cumpla con su tarea en la plaza, en mala hora,  asignada a él por el Ministerio de Educación.

Ha puesto a los maestros en el ojo del huracán al hacerlos caminar por las calles de la ciudad y pernoctar en el parque central, en donde han tenido la brillante idea de asumir el espacio como una discoteca  bailando y bebiendo alcohol.

Pero lo que considero más delicado fue durante el tiempo del presidente Portillo, quien promovió la actualización magisterial y fue bloqueada impidiendo que los niños tuvieran una mejor formación educativa.

En el pasado se decía que los ricos querían tener a los pobres en la ignorancia para evitar que conocieran sus derechos y tuvieran saberes  que les permitieran avanzar en la vida. Y esto es precisamente lo que este señor ha promovido. Ya  lo decía Sandra Torres cuando expresó: la ignorancia es la riqueza cultural de  nuestro pueblo, porque la riqueza de una cultura se forja en la diversidad de conocimientos, tradiciones y perspectivas. La ignorancia solo limita este potencial.

Entonces, ¿será que el señor del magisterio estará realmente preocupado por la educación de los guatemaltecos?

En el pasado ha logrado firmar acuerdos con las autoridades de turno que le fueron dando poder, que mal ha usado para los maestros pero muy bien en su beneficio. Ahora el Ministerio de Educación exige se den a conocer los puntos de los acuerdos firmados a lo que él se opone. ¿Qué es lo que los guatemaltecos que pagamos impuestos y con eso el salario de los maestros  no podemos saber?

Son estas las causas por las que el sistema educativo, especialmente el público, ha estado en una lamentable situación. Además de situaciones administrativas y en donde también tiene que ver en algunos casos las pandillas, que no permiten formar a los escolares en todo el sentido de la palabra.

Y me pregunto por qué tenemos tantas escuelas que requieren remozamiento, porque las escuelas no tienen vidrios en las ventanas y tiene amontonados en una esquina del patio un volcán de escritorios destrozados.

Si los dirigentes de las escuelas  cumplieran con su deber deberían velar por el buen mantenimiento de las escuelas. Y si un vidrio es roto, una puerta descolgada, un escritorio rayado o destruído  por uno o más alumnos sus padres o encargados deberían  reponerlo, como ocurre en el sistema privado. Donde incluso los escolares, limpian y  barnizan el escritorio antes de retirarse a final de año.

Y si es posible con voluntad, conocí de muy cerca la Escuela República de Líbano en zona 5 de la ciudad capital donde daba  gusto trabajar, pero la directora ejercía sus funciones y responsabilizaba a la maestra de su aula y ésta hacía lo  mismo con cada alumno, por lo que la escuela se mantenía muy limpia, las aulas  en buen estado y los alumnos eran muy correctos en su trato y formas de conducirse.

Si se responsabiliza a cada director de la escuela que se le entrega para ejercer sus funciones, no habría necesidad cada año de estar reparando la escuela y/o el mobiliario. Y ese dinero que se invierte en esas acciones podría servir para la construcción de nuevas escuelas, evitando el hacinamiento o  que los escolares deban recorrer largos trechos para llegar a ellas.

No se trata de tener miedo sino de cumplir con la ley y el pueblo, con los niños y adolescentes que asisten a las aulas y con los padres de familia que esperan una buena educación para sus hijos, en este país de huelgas y paros. Y que si bien se dan cuenta de lo difícil que resulta eso simple de impartir clases, no tiene  capacidad de enviar a sus hijos al extranjero a estudiar.

Queremos conocer lo que pasa en nuestro país, como y en qué se invierte el dinero que se obtiene del pago de impuestos, queremos una mejor formación para los escolares, más escuelas y docentes, pero todo de frente al sol.

Edith González

hedithgonzalezm@gmail.com

Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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