Han pasado 14 días del Día de la Mujer. Para muchas fue una celebración, recibieron flores y regalos de sus amigas y parejas. Y también marchas que se ganaron el primer lugar en el desprestigio y retroceso en los derechos de las mujeres.
ONU Mujeres realizó una actividad de toda una mañana para presentar los logros de mujeres exitosas en nuestro país. Soy 502 presentó un listado de 50 nombres de mujeres guatemaltecas que han alcanzado éxito. Y seguramente cada uno de nosotros podríamos nombrar a mujeres exitosas que tal vez solo conozcan en su familia, o en su trabajo.
Pienso en este momento en las licenciadas Susana Oscal, que dirige a más de diez psicólogos del área de psicología del Hospital de Policía Nacional Civil, además de impartir talleres y consultas. Y en Dalila Tunchez, quien cada mañana desde hace más de 10 años acude a la clínica de fisioterapia de dicho hospital y recibe a cada paciente con una sonrisa, los trata con cariño y les brinda ánimo para trabajar por su recuperación.
Sin embargo, el informe Women’s Rights in Review 30 Years After Beijing, publicado por ONU Mujeres en 2025, revela una preocupante realidad: un cuarto del mundo ha experimentado un retroceso en los derechos de las mujeres en 2024.
A 30 años de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, los avances se han estancado o incluso retrocedido en áreas clave como acceso al empleo, la participación política, (en Guatemala la Vicepresidencia de la República, 12 alcaldías y 32 diputaciones del Congreso de la República y 8 del Parlamento Centroamericano, son cargos sustentados por mujeres) y la protección contra la violencia de género; de la cual en distintas ocasiones he escuchado que debido a que si un hombre golpea a una mujer puede ir a la cárcel, pues mejor la asesinan y desaparecen o tiran su cuerpo en cualquier parte. Tal como lo hizo Roberto Barreda con su esposa Cristina Siekavizza o el doctor Malouf con Floridalma Roque.
El informe alerta el aumento de la violencia de género y la falta de avances en políticas que garanticen condiciones equitativas en el empleo, la protección social y la participación política de las mujeres. Las crisis globales como el cambio climático, los conflictos armados y la pandemia de COVID-19 amplificaron las desigualdades preexistentes, dejando a millones de mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad.
Y señala, que aunque se han impulsado 1,531 reformas legales a nivel mundial, desde 1995, solo el 63% de las mujeres entre 25 y 54 años están en la fuerza laboral, mientras que el 92% de los hombres tienen empleo, evidenciando los obstáculos estructurales que impiden la igualdad de oportunidades.
Líderes feministas han destacado que la lucha por los derechos de las mujeres no puede desvincularse de problemáticas como la crisis climática y la exclusión económica, la igualdad de género sigue siendo una promesa incumplida sin inversiones significativas en el trabajo de cuidados y sin garantizar el acceso de las mujeres a empleos sostenibles y dignos.
Branislava Arađan, del Women Against Violence Europe Network, señaló que el acoso en línea ha reforzado el machismo fuera de la red, afectando la seguridad y el bienestar de las mujeres en todos los ámbitos. Esto refleja la necesidad urgente de garantizar espacios digitales seguros e incluyentes.
En respuesta a las desigualdades persistentes y al retroceso en derechos de las mujeres, ONU Mujeres ha desarrollado la agenda Beijing+30 Action basada en seis acciones clave:
- Asegurar el acceso de mujeres y niñas a la tecnología digital, así como a la educación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
- Cerrar la brecha salarial y mejorar las condiciones laborales de las mujeres, priorizando su acceso a empleos sostenibles y bien remunerados.
- Impulsar leyes más estrictas contra la violencia hacia las mujeres y garantizar su implementación efectiva, incluyendo financiamiento adecuado y medidas de prevención.
- Acelerar el logro de la paridad de género en la política y la administración pública mediante cuotas y mecanismos de rendición de cuentas.
- Colocar a las mujeres en el centro del desarrollo económico sostenible y en la toma de decisiones ambientales.
- Asegurar la inclusión de las juventudes y los grupos más vulnerables en todas las estrategias de igualdad de género, fortaleciendo sus voces y derechos en los procesos de cambio social.