El segundo mes del año y con el la 64 edición de la Caravana del Zorro, que se calcula reunirá mas de 80 mil motocicletas, sume a esto las que llevan dos pasajeros. Podríamos estar teniendo cerca de 100 mil personas movilizándose en motocicletas en la ruta al Atlántico, la que lleva a La Iglesia Basílica Santuario del Santo Cristo Crucificado de Esquipulas o Basílica del Santo Cristo Crucificado de Esquipulas, a 222 kilómetros de la capital

Inaugurada como templo el 6 de enero de 1759, es una obra barroca del siglo XVIII, consta de tres naves y 10 pilastras. Dentro del mismo resguarda la imagen del ”Cristo Negro” esculpida en la Antigua Guatemala por el escultor portugués Quirio Cataño y llevada a Esquipulas el 9 de marzo de 1595.

Según datos históricos fue elaborado junto a otros dos para ser obsequiadas a los indígenas y acercarlos a fe católica. Y su color se debe al paso del tiempo y la aplicación de barnices.

Según una leyenda el color negro se debe a que un párroco envidioso vertió veneno en el vino de la ofrenda del rito litúrgico y que éste fue absorbido por el Cristo,

La realidad es que desde inicios del año el Cristo Negro de Esquipulas es visitado por cientos de personas pidiendo milagros para sus vidas o las de sus seres queridos

En una época la Caravana del Zorro fue una bendición para los lugareños, porque hacían “su enero”, sin embargo con el tiempo el consumo de licor y drogas convirtió la actividad en indeseable. En la actualidad hay normas para la venta de licor buscando evitar destrucción de las propiedades, peleas y accidentes.

En el siglo pasado, en cualquier época del año, las personas acostumbraban viajar a Esquipulas cuando compraban un vehículo y luego de la misa pedir la bendición para el mismo.

El 16 y 17 de enero se veían retornando los vehículos y camionetas adornadas con un cordón de colores, que significaba retornaban de Esquipulas y en su interior los pasajeros cubrían su cabeza con el famoso “sombrerito de Esquipulas. Un sombrero de fibra natural para protegerse del pesado sol del lugar, que con el paso de los años fue convirtiéndose también en símbolo de la visita al lugar con su cordón de colores y otros adornos, como cruces y flores.

Tanto trascendió a la sociedad guatemalteca que cuando una persona se mostraba  remilgosa o cursi, le decían: pareces sombrerito de Esquipulas.

En algún momento se pensó en prohibir esta actividad de motorizados, pero al final la tradición perdura ahora bajo la organización de  Eddy Fernando Villadeleón, hijo del fundador, y la colaboración  de toda la familia, así como de ventas de motocicletas y talleres que brindan ofertas para que” los zorro viajen seguros”

El 31 de enero de 2011 el Ministerio de Cultura y Deportes, emite el Acuerdo Ministerial 102-2011 declarando la Caravana del Zorro como un patrimonio cultural intangible, ”por constituir una tradición de fervor y ser un movimiento que recoge manifestaciones sociales, culturales y la cual se realiza año con año el primer sábado del mes de febrero en peregrinación en motocicletas hacia la Capital de la Fe, para visitar al Cristo Negro, en el Departamento de Chiquimula; en sus Bodas de Oro y como un homenaje a a su iniciador Rubén VilladeLeón», quien en 1961 junto a 6 amigos realizaron el primer viaje.

La actividad tiene sus fans que viajan incluso desde América del Sur y Estados Unidos para unirse al recorrido, pero también sus detractores, quienes se asienten intimidados por el inmenso grupo de hombres y mujeres en “caballos de metal” muchos de los cuales desde anoche durmieron en las cercanías de la Plaza Central.

Esta fecha me recuerda el último viaje que hicimos con mis padres mi esposo y mis dos hijos, precisamente a Esquipulas 6 meses antes de que mi madre Lina Muñoz de González falleciera

Yo le invito este fin de semana a reunirse en familia, hacer una oración y pasar un buen momento, acumulando recuerdos.

Edith González

hedithgonzalezm@gmail.com

Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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