Lo conocí en los años 80 en una ocasión que le pedí a mi padre Daniel González Arévalo, acompañarlo en la visita. Lo recuerdo como un hombre de voz pausada, pero encendido cuando de educación se hablaba. En esa ocasión me regaló, con dedicatoria, su libro sobre las Escuelas Tipo Federación, las que reconoció que eran funcionales y lamentó no se hubiera continuado con su construcción en todo el país.
Habrá identificado, respetable lector que me refiero al expresidente Juan José Arévalo. Primer presidente después de la caída de los dictadores de la primera mitad del siglo XX.
Según cuenta la historia el presidente Jorge Ubico desarrolló mucha obra pública de la que aun a la fecha, casi 100 años después aún disfrutamos, ejemplos de ello son el Palacio Nacional, edificio de correos, Palacio de la Policía Nacional, entre otras; además de pagado toda la deuda externa del país; sin embargo, su idea de las personas era muy diferente a la actual y fue ello lo que terminó de desatar la animadversión de los guatemaltecos contra él, además de llevar 14 años en el poder y no considerar retirarse.
Fue la creación de leyes de vagancia y viabilidad, que garantizaba la fuerza de trabajo forzada, especialmente de las comunidades indígenas, en su mayoría llevándoles a revelarse en Nebaj en 1936, Tacaná en 1937, y Patzicía en 1944.
Así iniciaron las jornadas de la revolución de 1944 seguidas por el magisterio y en las que participaron posteriormente, estudiantes profesionales, comerciantes, obreros, amas de casa; nos mostraba mi padre en un libro que se editó con más fotos que texto sobre los sucesos, en los que él participó
Así llegamos al 20 de octubre cuando a estos sectores se unieron militares jóvenes, provocando la renuncia del presidente Ubico. Dando paso a elecciones libres ganadas por el Doctor Juan José Arévalo, quien durante los movimientos revolucionarios permanecía en Argentina y fue traído para ser el candidato del partido que tuvo el mejor “ojo en la elección de su candidato”, él gobernó desde el 15 de marzo de 1945 hasta el 15 de marzo de 1951.
Este año el 20 de octubre hubo un concierto en la Plaza Central de la capital con la participación del Presidente Bernardo Arévalo y la asistencia de su esposa Lucrecia Peinado y la vicepresidenta Karin Herrera. Y otro en el Gimnasio del Instituto Normal, de Chiquimula organizado por el Ministerio de Gobernación, a cargo de Francisco Jiménez. Como parte de una serie de actividades desarrolladas desde inicios del mes.
Sin embargo, no se conoció de actividades realizadas el 10 de septiembre, fecha de nacimiento de Juan José Arévalo, ni el 8 de octubre, fecha de su fallecimiento.
Y es importante separar el 20 de octubre que marca el derrocamiento del dictador, de Juan José Arévalo, quien llegó al poder a través del partido «Renovación Nacional» con aplastante victoria sobre sus contrincantes.
Él encontró un país en deterioro, pero como doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación supo darle vida tanto a la obra pública como las Escuelas Tipo Federación como a las personas, con la creación del Seguro Social
Durante su gobierno en 1948 se promulgó la ley del pensamiento, hubo considerable expansión de las clases medias urbanas y ladinas del país, incorporación de nuevos derechos, la aparición de un parlamento legítimo, que generó confianza en un sistema judicial. La creación del Código de Trabajo, la autonomía de la Universidad de San Carlos, las municipalidades y el deporte, la emisión del Código de Trabajo, el reconocimiento del voto a las mujeres y otros.
Obra que a la fecha se recuerda y se disfruta de ella. Y es un claro ejemplo de la importancia del voto porque posiblemente otro presidente no la hubiera realizado otros proyectos.
El 9 de octubre de 1990, recién cumplidos 86 años, el féretro en que descansa su cuerpo fue sacado del Palacio Nacional luego de recibir los honores respectivos.
Las expresiones de dolor de millares de guatemaltecos se hicieron sentir desde las 9.30 horas. Luego fue colocado en la carroza fúnebre que lo trasladó a Taxisco-Santa Rosa, su tierra natal.
A su paso por Escuintla, los trabajadores del IGSS le rindieron homenaje. Para cuando el cortejo fúnebre llegó a Taxisco, el pueblo entero se volcó a recibirlo. Luego de un paso por su casa natal, donde los vecinos llegaron a despedirle, hubo una misa en la Iglesia del pueblo y más tarde fue llevado a su última morada en el panteón del cementerio local donde el Ejército disparó 21 salvas, mientras la Radio Nacional TGW transmitía junto a otros medios radiales y escritos que le dieron la cobertura respectiva.
A 34 años de su despedida terrenal, descanse en paz Doctor Juan José Arévalo Bermejo.
