Edith González

hedithgonzalezm@gmail.com

Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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El arte oculto de equilibrar reflexión y acción

Procrastinación, un término que va llegando silenciosamente en esta era del todo ya. Buscando en el diccionario encontré que procrastinación «es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables».

Por lo que podemos entender que las tareas que menos nos agradan son la fuente de nuestra procrastinación. Y en algunos casos se asumen como obstáculos a superar.

Podríamos verlo desde un punto de vista más amable como un tiempo de autodescubrimiento.  Un espacio valioso para la reflexión y la introspección, permitiéndonos conectarnos más profundamente con nuestros verdaderos deseos y motivaciones.

Y como a todo en la vida encontramos un lado ventajoso y otro desventajoso.

Así, ese tiempo para reflexionar antes de iniciar una tarea puede ser un respiro necesario en nuestra ocupada rutina. Momentos de pausa que nos dan chance  de tomar distancia de nuestro trabajo diario y reevaluar nuestras prioridades y objetivos.

Dar paso a la Creatividad al liberar nuestra mente de restricciones del pensamiento lineal, permitiéndonos que surjan ideas innovadoras. Este tiempo de descanso mental puede ser increíblemente fructífero, llevándonos a abordar problemas desde ángulos completamente nuevos.

Entre sus desventajas podemos citar lo que consideramos pérdida de tiempo, en un mundo cada vez más cambiante, donde cada minuto cuenta porque “el tiempo es dinero”, podríamos caer en la trampa de postergar constantemente, lo que al final puede tener un costo significativo.

En general, el tiempo invertido en procrastinar es tiempo que no se utiliza en tareas productivas, lo que puede resultar en retrasos y pérdida de ritmo en proyectos importantes. Esto puede significar perder oportunidades clave de negocio o el incumplimiento de plazos, lo cual puede afectar la reputación profesional y limitar el crecimiento del emprendimiento.

Las enfermedades mentales de moda del siglo XXI Estrés y Ansiedad. Aunque procrastinar puede que pareciera aliviar el estrés a corto plazo, con frecuencia conduce a mayores niveles de ansiedad y estrés conforme las tareas pendientes se van acumulando.

Produciendo un ciclo de postergación y estrés. Lo que puede convertirse en un círculo vicioso, donde la ansiedad por las tareas acumuladas lleva a más procrastinación. Además, el estrés crónico generado por la procrastinación continua puede tener efectos adversos en la salud mental y física, incluyendo problemas como el insomnio, la fatiga y la irritabilidad.

En el ámbito profesional, esto puede traducirse en una disminución del rendimiento, decisiones impulsivas o mal consideradas y una menor capacidad para manejar eficazmente las responsabilidades diarias.

Por nuestra parte, sugerimos evitar y superar la Procrastinación con estos pequeños consejos:

1. Establece Metas Claras,

2. Divide Tareas Grandes en Pequeñas, más fáciles de cumplir,

3. Crear o involucrarse en un entorno que fomente la productividad. Ya que este puede tener un gran impacto en la capacidad para concentrarte.

Considera si tu caso es falta de tiempo real para entregar una tarea o realizar un proyecto, o sólo el miedo disfrazado de excusa. Así que creo que mejor nos quedamos con el viejo dicho que dice: Hazlo ya, mañana puede ser muy tarde.

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