Sin temor a los señalamientos o críticas por llevar apenas un mes como presidente de Guatemala y ya estando de viaje por “las Europas”, el presidente Bernardo Arévalo, partió el jueves 15 y retornará en una semana durante la cual realizará visitas a distintos países, iniciando con su participación en el foro “Spotlight Corruption” (Corrupción en la mira), organizado en el contexto de la Conferencia de Seguridad de Múnich, y se celebra en esta ciudad de Alemania.
No sabemos de qué tamaño es la mira, pero sí que con seguridad nuestro país podría ser el centro del diálogo que se prolongaría por toda la semana de actividades, dado el estado en que nos dejaron los gobiernos anteriores y que Giammattei y su compañero sentimental remataron. Como esa compra de vacunas por 400 millones de quetzales que permanece embodegada porque permitieron se venciera.
O el nombramiento de la Cony para asegurarse tener quien los protegiera y defendiera de cuanto acto ilegal realizaron como la adjudicación de (Q2 mil 561 millones, según datos que figuran en el portal de compras y contrataciones del Estado, Guatecompras (D. LH) a obras relacionadas con Miguel Martínez, las que fueron iniciadas y dejadas en el olvido. Aunque sí fueron cobradas.
Como sociólogo bien puede el presidente Arévalo valorar cómo el fenómeno de la corrupción en nuestro país “ha cambiado a lo largo de los años, y ha pasado de ser un asunto de mala administración de los recursos públicos a una amenaza fundamental a la viabilidad del Estado democrático, enfrentamos una situación en la que vemos a organizaciones políticas criminales que han tomado el control de las instituciones”.
Porque si hace unos años veíamos cómo las instituciones eran manejadas por personas inexpertas y eso provocaba pérdidas al Estado, los últimos años hemos podido ver que además de la inexperiencia en el conocimiento del puesto, ésta se puso como provecho para beneficio personal.
A principios del siglo se pagaba una cuota, pero la obra se realizaba, ahora se llegó al punto de cobrar la cuota, pero la obra en algunos casos ni siquiera se inició.
Y cuando las altas autoridades actuaron así, lo único que hicieron fue dar un ejemplo a funcionarios menores que cobraron por plazas o contratos, a personas que sólo presentaron un informe y una factura, pero no un trabajo. Para ejemplo, podemos recordar el caso de la esposa de Jimmy Morales, a quien ningún digitalizador del Ministerio de Salud pudo identificar, pero que cobró su salario y además quedó libre, gracias a que la Cony fuera nombrada Fiscal por su esposo.
Ahora estamos viendo cómo el nuevo mandatario desarticula “las bandas” enquistadas en los servicios del Estado, tarea para la que fue electo: para construir un país diferente.
Tendrán también que tener mucho cuidado de no hacer que justos paguen por pecadores, porque no se trata de despedir a todos y contratar nuevos; sino de investigar cómo están funcionando y quiénes sí trabajan y quiénes fueron contratados por pagos en efectivo o en especie.