En esta fecha nuestro país cumplió, ayer, 202 años de haberse independizado de su conquistador. De haberse declarado libre e independiente, aunque quien lo siguiera gobernado fuera la élite renegada de España, que decidió quedarse en Guatemala, para mantener el poder y la riqueza.
O sea pues, seguíamos igual sólo que ya no se tributaba al gran imperio, sino a los que decidieron revelarse para dejar de ser cola de león y convertirse en cabeza de ratón. Ahora ellos, los mismos, a los que llamamos próceres de la patria, podían decidir por su propio futuro y riqueza.
Así a partir del 15 de Septiembre de 1821 se continuó gobernando con guante blanco para los españoles y látigo para los indígenas. Claro lo que tenía que suceder. En medio quedaron los criollos, y bajo ellos los mestizos nombre despectivo aplicado por el Imperio español a los hijos de españoles e indígenas. Dando paso a una nueva clase social, quienes por su ascendencia gozaban de derecho a la educación y al desarrollo del pensamiento, el conocimiento y la duda del sistema socioeconómico, político cultural establecido y buscando consensos para crear reformas.
Pese al nacimiento de la Sociedad Económica de Amigos del País, en 1794 en la búsqueda de soluciones sociales y económicas especialmente para los indígenas.
Y avanzamos en 1956 con la creación del Instituto Indigenista cuyo planteamiento era enseñar el español a todos los indígenas del país para poder entendernos entre todos, los que hablábamos más de 23 dialectos, o idiomas.
Sin embargo con las lecciones de la Segunda Guerra Mundial, la Formación de las Naciones Unidas y el gobierno democrático de Juan José Arévalo en Guatemala, se da un paso de gigante, por el enfrentamiento armado o pese a él, para entrar al siglo XXI con nuevas ideas y el entendimiento de los derechos humanos como fundamentales de cada persona, el cuidado del enfermo terminal, con los cuidados paliativos y mucho más.
Los escolares salieron a las calles con las antorchas y los desfiles, los vecinos hicieron lo propio y por supuesto en el parque central no faltaron los actos por la celebración de la independencia.
Claro en medio de una situación política que se asimila a la de hace 202 años. Porque los caciques que detentan el poder no quieren soltarlo, porque los acomodados no quieren perder sus beneficios. Aunque el pueblo haya elegido y decidido separarse de esa élite, que resulto seguramente tan corrupta como la de hace 202 años; la misma se resiste con juegos de leyes cortes y tribunales.
Sin embargo el pueblo cansado del alto costo de la vida, y la corrupción y mala atención en el sector público espera el 14 de enero del 2024 para celebrar una nueva etapa en la vida del país con un gobierno con gente nueva, con guatemaltecos verdaderamente decididos a velar por los guatemaltecos en general y no sólo para que su” familia progrese”
CELEBREMOS POR UNA PATRIA LIBRE, UN GOBIERNO JUSTO Y GUATEMALTECOS PROGRESANDO.