Edith González

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Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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Edith González

Paladines gloriosos dejaron, en la historia sus nombres de luz
porque en bien de la patria lucharon con
la pluma la espada y la cruz.

Himno del Ejército de Guatemala

Esta es una época del año que particularmente me gusta, amanece más temprano y el clima es fresco. Este 30 de junio como tantos otros desde 1871 las veintiún salvas se dejaron escuchar, mientras la enorme bandera azul y blanco ubicada en el cerro del Comando Mariscal Zavala podía verse desplegándose entre la niebla y las copas de los árboles sembrados a su alrededor.

Lo mismo ocurría en cada uno de los cuarteles militares. Un día de recuerdos, un día de fiesta para los miembros del Ejército de Guatemala. Recordando precisamente la gesta militar de 1871 que condujo a la transformación social, política y económica del país, marcando en la historia la institucionalización de las fuerzas armadas, lideradas en su momento por los generales Miguel García Granados y Justo Rufino Barrios, quienes luego llegarían a ser presidentes de Guatemala.

Luego de varios disturbios políticos entre los conservadores y los liberales, como ha ocurrido a lo largo de toda la historia de nuestro país, como diríamos los oligarcas y campesinos, los industriales y los guerrilleros… en enero de 1869 por elección popular, llega a la presidencia de Guatemala el miembro del partido conservador, el ipalteco Vicente Cerna, en medio de fuertes denuncias de fraude.

Habiendo estado interinamente ya como gobernante desde el 24 de mayo de 1865 y como comentamos en la actualidad, ya habría tenido suficiente tiempo para saber con qué llave abrir o qué candado cerrar. La cuestión es que luego de cuatro años en el poder se queda ocupando la “silla grande” gobernando con un estilo autoritario y represivo, lo que levantó los ánimos de los contrarios, que como dirían los novelistas, ya estaban caldeados, y es cuando se preparan los levantamientos de 1869 y 1870, que además de haber sido ahogados se da muestras de crudeza y salvajismo al decapitar a, mariscal Serapio Cruz y exhibir su cabeza en una canasta desde Palencia hasta la ciudad capital.

Su gobierno especialmente los años finales fueron de persecuciones, cárcel y destierro a todo aquel que se opusiera a su gobierno. Por lo que los integrantes del partido liberal deciden que ha llegado el momento de desterrarlo del poder y retornar al país a un estado de calma.

“Así que tras dos derrotas devastadoras el 23 de junio en Totonicapán y el 28 en San Lucas Sacatepéquez, Cerna abandonó la presidencia del país el 28 de junio de 1871; salió huyendo a El Salvador, para lo que sus amistades le prestaron dinero, pues tenía muy pocos bienes, dejando constancia del celo con que protegió los bienes de la hacienda pública, lo cual es reconocido incluso por escritores liberales, como Federico Hernández de León”.

Y es este día cuando en 1871 hacen ingreso triunfal a la capital los generales Justo Rufino Barrios y Miguel García Granados y sus tropas y según cuenta la historia “García Ganados se convirtió en presidente provisional y gobernó hasta el 4 de junio de 1873. Durante su mandato, Barrios forjó los inicios del Ejército de Guatemala. Para 1872, se organizó la Fuerza Pública, se promulgó el Código Militar; se estableció la Pagaduría General, el Cuerpo Jurídico Militar, el Servicio de Sanidad Militar, el Hospital Militar, la educación y alfabetización de los soldados. En septiembre de 1873, se fundó la Escuela Politécnica, academia militar para la formación de oficiales profesionales”.

Así que rememorando aquella fecha, ayer 30 de junio los miembros del Ejército de Guatemala salieron a las calles en un desfile que inició a las 0830 horas en la Plaza Berlín, zona 13 y recorrió la Avenida Las Américas y la Avenida Reforma hasta el Campo de Marte.

Y nuevamente a las 1800 horas, cuando el sol empezaba a dejar ver sus resplandores de despedida, se escucharon las 21 salvas mientras la enorme bandera se perdía totalmente entre las copas de los árboles, en el cuartel Mariscal Zavala. Y los ciudadanos se preparaban para un fin de semana largo, unos agradecidos con un ejército que nos ha librado de caer en situaciones como Nicaragua o Venezuela y otros lastimados por las muertes provocadas por los enfrentamientos armados en los que los guatemaltecos nos hemos visto inmersos.

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