La tendencia pesimista agudizada por las noticias del mundo a veces cambia por las experiencias positivas que de repente nos suceden. Ese momento gozoso acabo de vivirlo en Estanzuela, Zacapa, donde se realizó el «X encuentro de poetas y escritores», el pasado sábado 22 de febrero.

La sensación de perversión moral por la presencia de un aire narco que había sentido en mi anterior visita a ese departamento, se vio superado por el ambiente cálido y lleno de humanismo de quienes participaron en la actividad. Todo impregnado de una actitud que solo puede ser el resultado de lecturas que disponen al desarrollo de un hombre (y una mujer) diferentes.

Ya de entrada el ecosistema estaba permeado de buenos sentimientos. Más allá de los abrazos y la cordialidad, la simpatía y la hospitalidad, se mostraba la ilusión de quienes comparten su vida a través de textos confeccionados desde intereses no utilitarios. El propósito del encuentro consistía en eso: celebrar la literatura por medio del intercambio de ideas.

Estanzuela se convirtió así en un espacio metafísico, un paréntesis de la humanidad herida. El alto que se permiten los escritores para redimir el mundo a través de un aire nuevo. Una salvación también propia porque la literatura rescata de la vulgaridad de los días. Escribir es una forma de examen cuando se acumulan las toxinas que contaminan nuestro interior.

Pero no solo se trató de leer, el programa contempló la participación musical variada. Niños que tocaron la marimba y cantaron, homenajes para personalidades de la cultura y el diálogo fraterno de sujetos poco convencionales, extraños desde el universo capitalista al que estamos acostumbrados.

En esta ocasión solo participaron los escritores de Zacapa y Chiquimula, pero se ha pensado en la próxima edición abrirse a Alta Verapaz. El evento contó con el apoyo de la Municipalidad que, según se pudo ver por la participación del alcalde, hay una valoración del impacto de las letras en el desarrollo de la ciudad.

El impulso dado a la cultura a través de celebraciones como esta no siempre es habitual en el quehacer de las autoridades de turno. Las prisas por proyectos que generen votos, a veces desde necesidades sentidas de primer orden, son las que privan en detrimento de programas cuyos resultados son de largo plazo. Así, la cultura se relega, produciendo una pobreza que condena el desarrollo del espíritu humano.

Esta visión chata se ha extendido en nuestros días también en proyectos de vocación humanísticos. Estanzuela, sin embargo, nos abre a la esperanza. Afirmar el valor de la escritura no solo es estética, que ya es en sí mismo importante por lo que aporta al buen gusto, sino vital al posibilitar lo humano como condición de una existencia diferente. Bien por los organizadores, se les agradece la iniciativa.

Eduardo Blandón

ejblandon@gmail.com

Fecha de nacimiento: 21 de mayo 1968. Profesor de Filosofía, amante de la literatura, fanático de la tecnología y enamorado del periodismo. Sueño con un país en el que la convivencia sea posible y el desarrollo una realidad que favorezca la felicidad de todos. Tengo la convicción de que este país es hermoso y que los que vivimos en él, con todo, somos afortunados.

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