Francisco Cáceres

caceresfra@gmail.com

Nació en Guatemala el 19 de Julio de 1938; tiene estudios universitarios y técnicos en ciencias jurídicas y sociales, administración empresarial, pública, finanzas, comunicación, mercadeo y publicidad. Empresario, directivo, consejero y ejecutivo en diversas entidades industriales, comerciales y de servicio a la comunidad. Por más de 28 años consecutivos ha sido columnista en este medio.

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Francisco Cáceres Barrios
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Me pareció excelente idea de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies) que en el marco de su cuadragésimo aniversario se haya propuesto averiguar cuáles son las demandas de los jóvenes para que los políticos y las instituciones a las que pertenecen las tomen en cuenta. Yo también hubiera querido dar mi opinión al respecto, pero los que sobrepasamos el número de años debemos comprender que son ellos, los jóvenes, los que teniendo el uso de la palabra, siquiera una vez en la vida política nacional, sean tomados en cuenta y no como se ha venido acostumbrando en que si lo son, terminan siendo utilizados como carne de cañón o para hacerle los mandados a los líderes políticos, quienes en gran mayoría solo buscan satisfacer sus intereses personales.

En principio y para darle mate a tan buena idea de Asies, es recomendable difundir los resultados del citado estudio de la mejor manera posible, pues estamos hablando de los ciudadanos tanto de hoy como del mañana, los que de ambos sexos, queramos o no van a tener la sartén por el mango, quienes hoy están luchando a brazo partido para salir avante en una sociedad que muy poco les puede brindar, no solo empleo, sino el sinnúmero de oportunidades que todos cuando tuvimos también esas edades, buscamos afanosamente, pero que la gran mayoría no pudo encontrar. De ahí que para mí, su principal solicitud digna de tomarse en cuenta es que los partidos políticos funcionen como un verdadero ejemplo de democracia y no como “casonas de empleo” para los que terminan siendo los ganadores en los comicios electorales.

Y digo que los jóvenes tienen razón, pues era de esperarse que los resultados indicaran la necesidad que tienen de empleo para poder involucrase en la vida económica del país; que se les prepare y forme en materias como el civismo; que la Constitución les permita a los 40 años poder aspirar a la presidencia y vicepresidencia; que puedan tener acceso a carreras técnicas que les permita trabajar en el interior de la República más rápidamente; que puedan movilizarse en las urbes urbanas con mayor facilidad en transportes seguros para ambos sexos o en sus propios vehículos; además de la indispensable seguridad ciudadana, que se tomen medidas para evitar al máximo posible la portación de armas de fuego; facilitar al sexo femenino el acceso a la justicia, así como evitar su discriminación en la sociedad; combatir eficazmente la corrupción; en fin, que funcione eficazmente la “Política Nacional de Juventud del período 2012-2020” para dejar de ser letra muerta, como tantos programas más creados para el desarrollo de nuestra sociedad.

Del estudio de Asies se conoce la buena opinión que la juventud tiene del Intecap esperando que por su medio pudieran subsidiarse procesos de aprendizaje a quienes, sin tener una educación formal y mediante la formación técnica, puedan ubicarse en trabajos o satisfacer la demanda que se tiene de los mismos.

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