Lo que se sospechaba desde un inicio, Consuelo Porras decidió hacer caso omiso a la «invitación» de BA. Peor aún, lo ningunea enviándole respuesta a sus interrogantes por interpósita persona y sin atender a ninguno de los requerimientos.
Además, publica un video en el que se adelanta a responder que no dejará el cargo hasta que concluya su mandato.
El presidente ha dejado ver muy claro que la presencia de la FG es incompatible con la lucha contra la corrupción que él se ha propuesto iniciar. Además, varias veces ha manifestado que hará lo que sea necesario (dentro de la ley) para removerla. Discursivamente, suena bien. Sin embargo, hacer operativa su voluntad es más complicado.
Exploramos, ¿cuáles son las opciones reales del presidente ante esta situación?
- Citar a la FG a una junta de Gabinete de Gobierno, de conformidad con el Art. 4 de la Ley Orgánica del MP. Aunque, la ley la obliga a asistir, la respuesta seguramente sería la misma. Sin embargo, el hacer el acto público le permitiría al presidente cumplir su promesa de pedirle públicamente la renuncia a la FG.
- Reformar la Ley Orgánica del MP para permitir que el presidente pueda remover al FG, como era antes. En esta ruta, aún habría una discusión constitucional sobre si el nombramiento de CP ya generó derechos adquiridos y si la ley se puede o no aplicar retroactivamente en este caso. La CC tendría la última palabra.
- Solicitar al Congreso una consulta popular con la pregunta ¿Está de acuerdo con que la FG sea removida de su cargo?, al amparo del Art. 173 de la CPR. Este sería el mismo camino que tomó Ramiro de León Carpio para reducir el periodo de los diputados en 1994 luego del golpe de Serrano Elías en 1993.
- Dejar que la FG concluya su período y esperar los plazos constitucionales para hacer el nombramiento del nuevo FG en 2026.
Arévalo inicia esta confrontación con Porras con una correlación de fuerzas distinta a la de hace meses. Su popularidad, apoyo de la comunidad internacional y respaldo político en el Congreso de la República, presentan un escenario diferente. Sin embargo, en esta nueva confrontación ya solo hay dos posibilidades:
- Que los apoyos con los que cuenta Bernardo y su capital político acumulado forcen la salida de Porras.
- Que las fuerzas aún apoyan a Porras den la batalla de resistencia y logren sostenerla en el cargo.
Es una confrontación con características similares a las de una guerra, y las guerras son un choque de fuerzas y voluntades. Quien tenga más fuerza, quebrará la voluntad del otro. Aunque hay que decir que a Consuelo le basta con el empate para permanecer en el cargo.
La salida legal de esta disputa sólo será discutida al momento de declarar a un ganador del enfrentamiento.