David Barrientos

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Guatemalteco con educación para el análisis de coyuntura, administración, dirección, alta gestión y coordinación de proyectos de seguridad, defensa, logística y manejo de crisis, con experiencias en el liderazgo de grandes unidades militares e interinstitucionales, actualmente consultor independiente y doctorando en ciencias sociales.

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David Barrientos

La migración en el continente americano tiene su explicación en la pobreza en la que viven sus pueblos; aunque se quieran disfrazarla con otras causas, que por su puesto se suman a la pobreza, esta no ha sido atendida de manera adecuada, por las instancias locales, nacionales, regionales y planetarias. Así, las causas fundamentales de tales desplazamientos son las socioeconómicas en América, evidenciando una relación directa entre desarrollo económico e inmigración y por consiguiente, entre subdesarrollo y emigración; más claro no puede estar, huir de la pobreza, buscar trabajo, un mejor nivel de vida, oportunidades de remuneración por el trabajo, o sea por supervivencia; por hambre y miseria, poniendo en riesgo sus propias vidas lo termina de explicar. Otras causas como las políticas, por catástrofes, por violencia, incluso culturales, sin duda generan desplazamientos humanos; pero si se atendiera el tema de la pobreza, se reducirían incluso las migraciones por causas climáticas, o por violencia, pues habría oportunidades de diversa índole, para hacer cambios en la vida de las personas dentro del territorio nacional. Entendiendo la pobreza como: carencia de recursos básicos; la falta de oportunidades; la precariedad del empleo; pero sobre todo la asimetría en la distribución de los beneficios de la economía internacional o sea la globalización y su desastroso impacto en la calidad de vida de los pueblos marginados, que dicho sea de paso, no tiene nada que ver con las románticas y perversas versiones ideológicas que para infortunio aún están vigentes y utilizadas a antojo.

Los climas de inseguridad tienen su efecto en las migraciones; sin embargo, es a través de la inestabilidad y falta de certeza que provocan el alejamiento de la inversión, que produce escasez de oportunidades y esta a su vez provoca pobreza; al final lo que debe resolverse es la pobreza y sus causas. Las soluciones de gabinete, tanto de órganos nacionales como regionales incluso planetarios atoradas de sobrediagnósticos, que por cierto solo benefician a sus delegados o interlocutores, no han servido por años para reducir la pobreza, ahora cabe un diagnóstico para determinar cuántos recursos de los impuestos de países cooperantes y nacionales, se han derrochado en tales fachadas. En todo caso se debe generar un clima propicio para aumentar la productividad de país, hacer un giro hacia la inversión, aunque sea de manera tutelada y propiciar la creación de oportunidades.

Por el contrario, las migraciones de los países empobrecidos seguirán dándose como un fenómeno social, la búsqueda de oportunidades y mejora de la calidad de vida es natural en los seres humanos; ello por su puesto tiene consecuencias en los países de tránsito y destino, mismos que no saben cómo manejar de manera sostenida tal fenómeno social; desde la tolerancia cero, a ya no sé qué hacer, es lo que se percibe en la región de América. Ignorando con conocimiento que el aumento de la pobreza va de la mano con el aumento de la migración, misma que no habrá muro que la detenga, más que la creación de oportunidades. Habrá que preguntarse, ¿Quién trabaja en ello?

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