Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

Olivier Clerc, escribió en el año 2005 un libro titulado “La rana que no sabía que estaba hervida… y otras lecciones de vida”. Al parecer, no fue el primero en usar esta figura, esta alegoría fue propuesta por primera vez en el libro de Marty Rubin “The boiled Frog Syndrome”, publicado en 1987.

Clerc nos dice que “Es un experimento rico en enseñanzas, … Nos demuestra que un deterioro, si es muy lento, pasa inadvertido y la mayoría de las veces no suscita reacción, ni oposición, ni rebeldía”. El autor se refiere a meter a una rana en agua fría, luego poner la olla sobre el fuego, y que el agua vaya subiendo de temperatura lentamente, hasta hervir. Al principio, la rana no notará nada raro, luego empezará a sentir el cambio de temperatura, de manera gradual, sin terminar de sentirse incómoda, hasta que la temperatura del agua es muy alta y ya es muy tarde para saltar y salir de la olla. La rana perecerá hervida.

Los últimos ocho años en Guatemala, parecen ser los del agua subiendo de temperatura poco a poco, acción, tras acción, sin que nos terminemos de poner incómodos en la sociedad guatemalteca. Tanto Jimmy Morales como Alejandro Giammatei, han realizado acciones, a todo nivel: lentas, pero drásticas. Luego de poner contra las cuerdas a los corruptos en 2015, la situación fue revertida y ahora, son los corruptos los que tienen contra las cuerdas al Estado y la ciudadanía.

El punto es que nos están cocinando despacio; paso a paso, el plan golpista de Giammatei y el partido oficial sigue su marcha. La mayoría de la clase política sigue haciendo un mutis impresionante, y la única voz de alerta y que se alza, es el de las Autoridades Indígenas y los 48 Cantones de Totonicapán. El resto, a pesar de estar conscientes que “nos están cocinando”, no hacemos mayor cosa para saltar fuera de la olla sobre el fuego.

Se eligen nuevas Cortes por un Congreso de la República altamente cuestionado, se encamina la aprobación de un Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado a merced de los de siempre y con candados para el nuevo gobierno (por el mismo Congreso cuestionado), las Cortes parecieran estar a merced del Ministerio Público, se persigue al binomio electo, diputadas y diputados de Semilla y VOS, el vicepresidente en funciones, medios de comunicación, docentes y estudiantes, entre otros. Y así, una serie de actos que no cesan y que poco a poco van aumentando la temperatura mientras llega el catorce de enero.

La mayoría de los liderazgos políticos partidarios nacionales y locales, siguen sin inmutarse, están cobardemente a la espera del desenlace. Lo cual nos dice que pase lo que pase, se plegarán al poder, a quien gane esta partida: lo cual los deja sin solvencia moral, y desnuda su oportunismo y falta de escrúpulos.

A pesar de la aparente calma imperante, nos están cocinando a fuego lento. Si no reaccionamos a tiempo y nos dejamos adormecer por las fiestas de fin de año, en enero será muy tarde.

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