Danilo Santos

dalekos.santos@gmail.com

Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

post author

Danilo Santos

El Puerto Santo Tomás de Castilla fue declarado de “utilidad y necesidad pública” en 1953 por Jacobo Árbenz Guzmán, se inauguró en 1955. 67 años han pasado desde que empezó a operar y 76, desde que Arévalo y luego Árbenz, como los estadistas que eran, vieran hacia el futuro y forjaran lo que hoy es el Puerto Santo Tomás de Castilla.

Al día de hoy, uno de los dos puertos con los que cuenta el país para el comercio marítimo internacional, solo tiene la capacidad para que atraquen 6 buques, uno de ellos “tanquero” (que trasporta combustible), si un buque es muy grande o turista, solo pueden atracar 5. Hago esta referencia en cuanto a capacidad del Puerto Santo Tomás, porque con ella, la Empresa Portuaria es lo que es, trabajan aproximadamente 2,500 personas y el volumen de servicios que se generan alrededor de las necesidades de la Portuaria y sus trabajadores, es inmensa. Ahora, imaginemos, 12 buques, 5,000 trabajadores, la economía del municipio y el departamento sería mucho más robusta. ¿Qué hace falta para esto? Planificar el futuro y zarpar en su búsqueda.

Guatemala está flaca de estadistas, pareciera que la mayoría desaparecieron con la Revolución de Octubre, porque sobre las ideas de estos es que se construyó gran parte de lo que el país es hoy. Posteriormente, mucho palo y pocas ideas. Mucho ruido, mucha demagogia, excesiva corrupción. Llevamos poco más de 60 años de poco desarrollo en infraestructura productiva, estancados en un país que no deja de ser finca, que no entra de lleno en el progreso y el desarrollo, con un modelo de desarrollo obsoleto y con una economía que depende de las remesas de los migrantes y las exportaciones de las maquilas y los monocultivos, es decir, que depende de la mano de obra barata y no calificada. Guatemala vive de los pobres. Si no cambiamos ese modelo, Guatemala seguirá siendo la misma 60 años más.

El país hay que soñarlo diferente y trabajar para que lo que soñemos se haga realidad, un Puerto Santo Tomás de Castilla más grande, conectado por vía férrea con Puerto Quetzal, una carretera hasta la ciudad capital, moderna, acorde al tránsito comercial y particular. Una Zona Libre de Industria y Comercio que sea mucho más que bodegas y predios, con mano de obra calificada para ensamblar productos que el país consume (computadoras, teléfonos inteligentes, vehículos, maquinaria, etc.) pero que paga vendiendo hortalizas. Desarrollar el municipio de Puerto Barrios y el departamento de Izabal, para sus habitantes y, para que los turistas puedan bajar de los barcos e ir libremente a una gran oferta natural, hotelera, de restaurantes, cultural y social. No se trata solo de crecer en tamaño, sino en calidad, como sociedad y como Estado. Crecer como una sociedad y un Estado que avanzan hacia un futuro civilizado y próspero. ¿Quién se puede oponer a esto?

Lo que hagamos en el presente con los políticos, con la política, con la corrupción, definirá el futuro. Puede ser decente y digno, o una vergüenza.

Artículo anteriorAvanzamos
Artículo siguienteEl ir y venir entre el Presidente y el Diputado que en nada abona al país