Danilo Santos

dalekos.santos@gmail.com

Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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¿Existe alguna defensa razonable ante el catastrófico gobierno que tiene Guatemala? Desde la toma de posesión del presidente Giammattei se percibía en su griterío su limitada capacidad democrática y su sobrado autoritarismo. Al principio, como suele suceder con las élites y el “protectorado del Norte”, respiraban tranquilos porque habría orden en la finca; no contaban con que un problema de salud pública desnudaría la incapacidad del gobernante para conducir un país, y todos sus “avances” en el meticuloso plan para cooptar definitivamente el Estado, se vendría abajo. El momento que estamos viviendo en el país es dramático, lo quieran aceptar o no los que ven todo con positivismo ilusorio, no solo no hay vacunas, sino que no existen las medidas adecuadas para lidiar con la pandemia, que sigue en la calle, sigue infectando y matando. El culebrón de la Sputnik es solo resultado del desapego de un Presidente delirante que no acepta que le quedó grande el puesto; la Ministra es harto responsable por aceptar las decisiones del gobernante, pero el verdadero responsable de la actual situación es Alejandro Giammattei. Hace un año, con veintitantos casos, salía todos los días en cadena nacional a regañar a todo mundo y rasgarse las vestiduras, luego hizo que su Ministro de Salud se inmolara, cuando la situación ya era difícil. Acto seguido formó una Comisión con un erudito que ahora es el primero en criticar al Presidente. La segunda crisis de la pandemia tuvo como resultado la renuncia del flamante experto. Ahora, cuando la situación es gravísima, mucho peor que hace un año, y no hay vacunas compradas con el dinero que se la ha autorizado al Ejecutivo, que los hospitales están desbordados, que el personal de salud está agotado, que se está vacunando fundamentalmente con donaciones, ahora, en el horizonte se ve que el dictadorzuelo sacrificará a la actual Ministra de Salud.

El fondo del problema es la lejanía de la clase política de la población guatemalteca, lo poco que le importamos a los que se echan los tragos en el Congreso, el desprecio por lo democrático desde las cofradías de caporales que tienen las élites. Que se vayan todos. Esto no se arregla con la renuncia de la Ministra o el mismo Giammattei, se tienen que ir todos. Este Estado hay que refundarlo, de lo contrario solo cambiaremos nombres, piezas, pero nada cambiará en realidad.

La pandemia ha desnudado no solo al Ejecutivo y Legislativo, sino a la sociedad en su conjunto, a sus liderazgos y representaciones. A qué esperamos. A que venga un listado con el nombre de todo el gobierno, diciéndonos que son ineptos y actúan con total impunidad en contra del bien común.

Es momento de parar y asumir que la manera en que estamos organizados como Estado no funciona, así lo demuestra la respuesta que se ha tenido a la pandemia y cualquier respuesta a las necesidades de la población, no es casualidad que seamos el peor país en el manejo del Covid19, también somos de los peores en el manejo de la desnutrición infantil, pobreza, redistribución de riqueza, equidad, respeto de derechos humanos y un gran etcétera. Basta ya.

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