César Antonio Estrada M.
Guatemala, 14 de abril de 2025
En Cuaresma y Semana Santa las procesiones han sido tradicionalmente parte importante de la cultura y religiosidad guatemaltecas, y las transmisiones televisivas, de un tiempo para el presente, han permitido verlas cuando no se puede asistir personalmente.
No obstante, en los canales de la televisión nacional corporativa, los conocidos locutores profesionales se especializan e insisten en impedirnos la experiencia y la vivencia de las procesiones al estar continuamente hablando incluso al interpretarse las marchas fúnebres impidiendo su disfrute (¿pensarán que para eso los contratan?), creyéndose predicadores –de dudosa o escasa preparación, por cierto–, o señalando obviedades sin necesidad alguna, pues los observadores no carecemos de vista o inteligencia para dirigir nuestra atención a lo que nos interese. (¿Se imaginan ustedes, amables lectores, estar uno presenciando el paso de la procesión y tener a la par alguien que le esté continuamente hablando y no lo deje ver y vivir tranquilamente el momento?)
Y así, cabe preguntarse, ¿qué necesidad hay de estropear de esta forma las transmisiones de estos actos de devoción popular?, ¿acaso los mencionados locutores profesionales no deberían ser más cuidadosos en atención a sus oyentes? En cambio, les convendría –para tomar su ejemplo– ver y escuchar en las redes sociales cómo diversos grupos aficionados y entusiastas como el de “Capirotes y madrileñas” realizan tan apropiadamente esta labor de llevarnos el espíritu y el ambiente de nuestras queridas procesiones.