Carlos Rolando Yax Medrano
Alejandro Giammattei ha fallado como Presidente de la República. Por mandato constitucional debe velar por los intereses de toda la población y para ello tiene a su cargo el Organismo Ejecutivo. Sin embargo, a pesar de tener los Ministerios a su disposición, no ha logrado combatir problemas que tanto enarbola, como el combate a la desnutrición. Según la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional, hasta la primera semana de agosto, en 2019 se reportaron 10,589 casos de desnutrición aguda en el país. Aunque mucho ha hablado sobre la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición, e incluso se ha atrevido a pedirle los centavitos de sus cuentas bancarias a las guatemaltecas y guatemaltecos en televisión, a la misma fecha en 2020 se reportaron 17,238 casos y en 2021 se reportaron 19,629 casos. En sus dos años de gobierno, lo único que ha logrado es el aumento de la desnutrición aguda, la peor enemiga de la supervivencia infantil.
Alejandro Giammattei ha fallado como doctor. La salud es un derecho fundamental de todas las guatemaltecas y guatemaltecos y el Estado es el encargado de velar porque todas y todos la gocen. Aunque el COVID-19 nos tomó por sorpresa, después de 17 meses y miles de millones de quetzales aprobados para atender la pandemia, los casos positivos y las muertes siguen aumentando. Hasta al momento se han reportado 11,552 muertes y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social proyecta que para octubre van a morir 6,900 personas más. Mientras tanto, el Hospital Temporal del Parque de la Industria, que se suponía que albergaría a 3,000 personas y que tendría el intensivo más grande y mejor equipado de Centroamérica, tiene apenas 300 camas y medicamentos y personal insuficientes para atender a más pacientes.
Alejandro Giammattei ha fallado como líder del oficialismo corrupto. Aunque cambiemos los estándares y lo evaluemos desde otros criterios, sigue siendo un fracasado. Designó como Magistrados de la Corte de Constitucionalidad a sus allegados para que interpreten la Constitución como mejor le convenga, se hizo amigo de la Fiscal General para garantizarse impunidad y evitar la investigación y persecución penal en su contra y de los suyos, puso a su títere como Presidente del Congreso de la República, y aún así no logró la aprobación del Estado de Calamidad.
Alejandro Giammattei ha fallado como ladrón. Primero desaparecieron 614.5 millones de quetzales porque, aunque supuestamente fueron utilizados para la compra de 8 millones de primeras y segundas dosis de la vacuna Sputnik V, no tenemos las vacunas ni el dinero. Las ratas huyen del barco que se hunde y la Ministra de Salud y Asistencia Social, Amelia Flores, es la primera en renunciar. Después, terco en su capricho por hacer negocios con los rusos, les dejó la puerta libre en la portuaria tras darles de manera ilícita el Puerto Santo Tomás de Castilla a cambio de una alfombra forrada de dinero. Logró sacar al campeón anticorrupción Juan Francisco Sandoval, el Fiscal Especial Contra la Impunidad, pero no contaba con que el New York Times lo fuera a delatar.
Alejandro Giammattei ha fallado como Presidente, doctor, corrupto y ladrón. Es momento de que se haga el favor, porque ya no solo es beneficioso para nosotros, y renuncie.