Adrian Zapata

zapata.guatemala@gmail.com

Profesor Titular de la USAC, retirado, Abogado y Notario, Maestro en Polìticas Pùblicas y Doctor en Ciencias Sociales. Consultor internacional en temas de tierras y desarrollo rural. Ha publicado libros y artículos relacionados con el desarrollo rural y con el proceso de paz. Fue militante revolucionario y miembro de organizaciones de sociedad civil que promueven la concertación nacional. Es actualmente columnista de el diario La Hora.

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A veces me parece que Bernardo Arévalo, como Presidente, es un Quijote, entendiendo esta afirmación como el personaje que lucha por sueños e ideales virtuosos, en una realidad donde esos sueños parecen irrealizables. Pero a diferencia de ese personaje cervantino, Arévalo no se inventa molinos de viento contra los cuales pelear. Éstos verdaderamente existen.

La simpatía y el reconocimiento de su persona como honrado, capaz, sencillo y otros muchos atributos es predominante entre la población. 

Sin embargo, las expectativas sobre sus posibilidades de transformar el país se empiezan a desvanecer, afortunadamente con lentitud. Esto es visto, en general, como producto de su desventajosa posición ante los enemigos que enfrenta. Aunque hay quienes le endilgan debilidad en sus decisiones.

Las principales fortalezas de Arévalo son su profunda convicción democrática republicana y ser símbolo de algo que debería ser básico, entender la política como la principal y sublime expresión de la ética. También es parte de su fortaleza que no es un político improvisado, aunque sea reciente su participación en la arena electoral. 

Pero la debilidad de su gobierno es comprensiblemente grande. 

En primer lugar ha sido difícil contar con un equipo de cuadros políticos y técnicos con las capacidades para, de repente, verse en la posición de gobernar el país. Las deficiencias técnicas dificultan mucho la efectividad del gobierno y las políticas se expresan en la ausencia de operadores políticos eficaces. 

En segundo lugar, el Presidente se encontró con una institucionalidad gubernamental profundamente debilitada por el saqueo que hicieron de los recursos públicos las anteriores administraciones. 

En tercer lugar, el gobierno enfrenta una institucionalidad estatal dispuesta a no dejarlo gobernar y, en muchos casos, manteniendo el sueño de su defenestración (los golpistas). 

Sus dos principales soportes, uno nacional y otro internacional, presentan ciertas incertidumbres. Si efectivamente gana Trump las elecciones en los Estado Unidos seguramente se debilitará el relevante apoyo que el Departamento de Estado, es decir los demócratas, han dado a la democracia en Guatemala. De igual manera, si la dirigencia indígena y la campesina no tienen la suficiente capacidad de mediar entre las justas reivindicaciones de sus bases y las posibilidades reales que tiene el Presidente de resolverlas, este apoyo social tenderá a debilitarse de manera importante.

En el contexto anteriormente referido, el gobierno enfrenta una situación de incertidumbre sobre su futuro a corto plazo. Esto lo puede llevar a que su propósito político más importante sea sobrevivir y que se agote en ello, perdiendo la oportunidad de iniciar, con indiscutible gradualidad, procesos de transformación estructural en el país. La lucha por no ahogarse puede terminar por imposibilitarle nadar hacia tierra firme.

Después de estos primeros seis meses de haber asumido el cargo, el Presidente enfrenta el reto de mantener un gobierno cohesionado. Cada Ministro o Secretario no puede andar “por la libre”. De igual manera, el partido también tiene que expresar su unidad en el total respaldo al Presidente.

Bernardo Arévalo debe consolidar sus alianzas estratégicas con quienes hasta ahora lo han apoyado, pero, paralelamente, ampliarlas con un criterio de inclusión multiclasista y multisectorial. 

Es el momento de buscar consensos no solo alrededor de la lucha contra la corrupción y la impunidad, sino que también en torno a grandes temas relacionados con las transformaciones estructurales que el país necesita.

La consigna debería ser sobrevivir para transformar.

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