Edith González
Considere que usted como padre de dos adolescentes les ha puesto como norma para poder salir con sus amigos el fin de semana, obtener buenas notas escolares. Uno de los adolescentes reprobó una de 9 materias, pero insiste en que quiere salir. Usted insiste en que no puede porque no cumplió la norma. Él se molesta tanto que le insulta y lanza manotazos. Sale de la casa dando un portazo y se encuentra con un vecino al que le refiere lo sucedido. El vecino considera que reprobar una de 9 no es tan grave y que el chico tiene necesidad de salir con sus amigos, así que decide prestarle su carro para que vaya a divertirse y de paso un poco de dinero.
¿Cómo cree que actuará este adolescente a futuro?
Yo creo que él seguirá el camino para salirse con la suya, pese a las normas. Y que además de presumir sobre lo ocurrido lo enseñará a otros. Incluido su hermano. Y quizás más adelante hasta adopte el apellido Salazar, pues las necesidades son muchas y de diversa índole. Sólo un ratito, un momento puede ser justificante de transgredir la ley, agredir a la autoridad y huir.
Al final de cuentas como decía un “honorable ciudadano”, quien ocupó un cargo público importante en el país, “Hecha la ley hecha la trampa”. Quizás por ello el Departamento de Justicia de EE. UU. informó que los fiscales federales del sur de la Florida acusaron al hijo, por ayudar a lavar cerca de 10 millones de dólares (Q77 millones) de ganancias de drogas ilegales y otro dinero maltratado y tiene orden de captura vigente en Guatemala por asociación ilícita y lavado de dinero y otros activos en el caso red de poder corrupción y lavado.
Siguiendo estos principios parecemos necios preguntándonos por qué los señores colaboradores del Estado de Guatemala durante el enfrentamiento armado están solicitando Q120 mil más un seguro de vida y tierras, con entrega a la familia en el caso del colaborador hubiera fallecido. Si en este país todos tenemos derecho a tener de todo y hacer de todo porque somos merecedores, según los dicen los Derechos Humanos. Lo que no he escuchado es que digan de donde saldrá de todo para todos.
El presidente Giammattei ofreció pagar a los señores colaboradores del ejército si era elegido presidente, al igual que algunos diputados, sin considerar si era legal o no y de donde saldría el dinero. Ahora los señores colaboradores, tapan carreteras, destruyen el Congreso queman vehículos, siembran terror y amenazan con quemar comisarias, sino se les paga.
Yo creo que es el momento de pagarles para evitar más daño al patrimonio nacional y al bolsillo de los guatemaltecos. Por eso hago un llamado al presidente Alejandro Giammattei a pagar de su bolsillo sus promesas de campaña, así sus gobernados viviremos más tranquilos.
Porque si a alguien debe el Estado pagarle un bono, aguinaldo y vacaciones es a esos trabajadores que desde hace más de 20 años laboran por contrato, como trabajadores de segunda y que además pagan sus impuestos.