Álvaro Pop
Me enorgullece la capacidad de articularse que la región tuvo desde el planteamiento presentado con celeridad por el Estado Plurinacional de Bolivia ante la Cumbre Iberoamericana 2018 en Antigua Guatemala e inmediatamente respaldado por México, Ecuador, Guatemala y el resto de países del continente. De igual manera sucedió con la propuesta de Año Internacional de las Lenguas Indígenas en la Asamblea General de UN. Finalmente, ahora que se instala, Bolivia obtiene por la primera Presidencia del Instituto Iberoamericano de Lenguas Indígenas. Se aprecia el aporte financiero de Colombia, Bolivia y México para el despegue de esta iniciativa que se vuelve un referente en el mundo al iniciar la Década Internacional.
El proceso avanzó desde la coordinación que se tuvo entre el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe FILAC, la Secretaría General Iberoamericana SEGIB y la Organización Iberoamericana para la educación, la ciencia y la cultura OEI. Se decidió por consenso depositar en el FILAC la responsabilidad de presentar los borradores, la gestión política y financiera ante los Estados de la región para conseguir esta creación.
“Los sueños se dan cuando dormimos, su construcción se empieza al despertar el alba” dicen nuestras abuelas. Esto es lo que está sucediendo. Emociona recordar los discursos, las presentaciones, los debates y las negociaciones de hombres y mujeres que han buscado y seguirán buscando el rescate, desarrollo y revitalización de nuestros idiomas.
La Década internacional de las lenguas indígenas deberá concretar su dialogo gobiernos / pueblos indígenas en la institucionalización de la respuesta de nuestros derechos lingüísticos; el financiamiento estatal de las acciones de rescate, revitalización, y desarrollo de los idiomas indígenas, y la creación de políticas públicas que hagan posible su desarrollo sostenido en los tiempos futuros.
Las rutas de la Década tienen que trenzarse armónicamente con los caminos de evolución del Instituto Iberoamericano de las Lenguas Indígenas. Es el espacio donde los pueblos indígenas y los gobiernos pueden pactar los avances y mantener su compromiso. Pero también es el lugar desde donde se definan mejor las metas que los Planes Nacionales deben tener en concordancia con el recién lanzado Plan de Acción Global de la Década. Es una herramienta que debe seguir la inspiración de cooperación sur – sur que vivimos los pueblos indígenas en nuestras comunidades a partir de la solidaridad. Siguiendo este espíritu más la complementariedad y visión de conjunto en la lógica permanente de Consulta previa, este Instituto debe tener una composición paritaria con representación de PI en toda su estructura de gobernanza.
El proceso de creación del Instituto Iberoamericano de las Lenguas Indígenas es la muestra de la buena voluntad y un acto de buena fe de los pueblos indígenas y los Gobiernos. Deberá ser un ejemplo que llevemos también al ámbito de los derechos colectivos de la tierra y el territorio, de la participación, del agua y de la vida en plenitud. Deberá también ayudar a desmontar la criminalización de los liderazgos de los pueblos indígenas, especialmente los campesinos. Como dicen nuestros abuelos: Todo tiene que ver con todo, es holístico e integral. Tenemos la esperanza de que seguirá la ruta del saqb’e, la vía láctea de nuestros ancestros.