Alvaro Pop
La Guatemala de hoy será recordada como el tiempo que generó la posibilidad de realizar transformaciones. Dependerá del encuentro de buena fe de elites con las poblaciones. De un dialogo comprometido con garantías de seguimiento y verificación con metas de corto plazo. Pequeños, sustantivos y continuos cambios en tiempos medios. Es imperativo un dialogo nacional en Guatemala.
Los hemos tenido en el pasado y su éxito es relativo.
Incluyendo el diálogo que nos llevó a tener una Asamblea Nacional Constituyente que elaboró la actual constitución que nos dio democracia y gobiernos civiles.
Hoy tenemos un sistema agotado, casi sin democracia y casi sin gobiernos civiles. Luego lo intentamos con buena voluntad de todos los sectores para firmar la paz en ambiciosos acuerdos con preámbulos que diagnosticaban fotográficamente al país; con una ruta de consulta para cambiar el sistema desde el agro, el papel del ejército en una sociedad democrática, los derechos indígenas, y mucho más. Parece que los dados estaban cargados. No hubo tal cambio.
Luego un enorme esfuerzo por la reforma fiscal y otra inversión en Katún 2032. Pervertimos los consejos de desarrollo, a través de estos se democratizó la corrupción. Hoy no tenemos idea en donde no hay corrupción; privatizamos la democracia electoral y matamos la formación ciudadana. La clase política está desprestigiada. El servicio público perdió sus principios. Nos ganó el gusto por el dinero fácil y con ello los tráficos ilegales y el lavado de activos. Sofisticamos la discriminación y el racismo escondiéndolo en decisiones legales. La sociedad convive con un sangriento sendero de sangre de mujeres y embarazo de niñas. Nos olvidamos de la agricultura rural, de los jóvenes y la infancia.
*El dialogo en nuestro país es posible.
Si se convoca con el horizonte de un nuevo Pacto social y político para el mediano plazo.
Los sectores y pueblos deben llegar con un portafolio que empiece con lo que están dispuestos perder para que la sociedad gane.
Junto con la elección general de autoridades en junio 2023 Guatemala podría elegir la Asamblea Nacional Constituyente y encabezar un diálogo nacional para tener una nueva Guatemala.
Esto ayudará a combatir la otra opción, la de violencia.
La de protestas salidas de control en una sociedad harta de promesas, de diálogos populistas, de engaños electorales, de autoridades demagogas y corruptas, de privatización de la seguridad pública y de la justicia; de humillaciones y muerte; en un país donde tienen prioridad el cultivo de combustibles y el desalojo inhumano de comunidades indígenas.
La pandemia de Covid-19 nos ha hecho retroceder veinte años, pero seguimos acostumbrados a una sociedad que aún aspira a vivir algún día en el siglo 21 pero está anclada en el siglo diecinueve.
*Li k’ehok ib’ sa’ aatin sa’ qatenamit naruhan xb’anunkil
Wi nawan junaq xb’oqb’aleb’ li komon re xsik’b’al xjayal jun ak’ sumk’ub’ank re qatenamit chi seb’ xb’anunkil.
Li k’ila ch’uut ut molan reheb’ li tenamit, te’tz’aqonq rik’in li xna’leb’ te’xtzeq malaj