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Macbeth: El funcionario «promesa» convertido en tirano
Macbeth es una fuerza organizada que viene a restaurar el orden legítimo. Es el líder que inicialmente tiene méritos (es un guerrero valiente), pero cuya ambición es despertada por factores externos. En nuestro caso, la Analogía está representada con presidentes, ministros o magistrados que llegan al poder con un discurso de orden o cambio, pero que rápidamente son seducidos por la posibilidad de la permanencia y la impunidad y adquieren poder y riqueza. Su rasgo guatemalteco: La paranoia. Una vez que Macbeth comete la primera ilegalidad para llegar o mantenerse, ya no puede confiar en nadie. Su gestión se vuelve puramente reactiva: sobrevive eliminando rivales y desestabilizando el sistema para que nadie pueda juzgarlo.

Lady Macbeth: Los operadores jurídicos y «mentores» de la sombra (no hace falta mencionar nombres)
Ella no tiene el título de rey, pero tiene la voluntad de hierro que al Macbeth guatemalteco a veces le falta. En nuestra analogía, son los asesores de confianza y los estrategas legales (muchas veces bufetes de abogados poderosos o secretarios privados) que le dicen al funcionario o ente privado: «No tengas miedo de violar la ley, nosotros haremos que parezca legal». Su papel: «limpiar». En Guatemala, son los que diseñan las artimañas para que los actos más atroces de corrupción pasen por los filtros de las cortes sin ser detectados. Son los que dicen que «el fin justifica los medios».

Banquo: El testigo incómodo (La ética traicionada)
Banquo es el compañero de batallas de Macbeth; él escuchó las profecías y sabe que Macbeth no llegó al trono por vías naturales. En nuestra analogía representan a los exiliados y los fiscales honestos o periodistas que conocen los secretos del ascenso al poder. Su destino es incierto, Macbeth y Lady Macbeth no pueden dejarlos vivir porque su sola existencia es un recordatorio de la ilegalidad. En Guatemala, esto se traduce en la criminalización y el encarcelamiento de quienes fueron testigos o investigadores de las redes de corrupción. Matar, silenciar, marginar a Banquo, es el intento del grupo corrupto de borrar la memoria del crimen.

Macduff: El contrapeso que se rebela
Es el noble que sospecha de Macbeth desde el principio y se niega a asistir a su coronación. En nuestra analogía, representa a la resistencia institucional y civil. Es aquel magistrado que vota en contra en una resolución clave, el diputado que no se vende, o el líder comunitario que no acepta el soborno. El periodista que denuncia. Su fuerza: Macduff en la obra es quien finalmente derrota a Macbeth porque «no nació de mujer» (una trampa técnica de la profecía). Representa la justicia que viene de donde el tirano no espera, de los vacíos que sus artimañas legales no pudieron cubrir.

Las Tres Brujas: Los Poderes Fácticos y Redes de Corrupción
Como dijimos no son parte del gobierno, pero lo controlan todo desde su caldero de intereses. La Analogía: Representa a las estructuras paralelas y grupos económicos/criminales que financian campañas y eligen cortes. Su técnica: La ambigüedad. «Lo bello es feo y lo feo es bello». En Guatemala, esto es el uso del lenguaje jurídico para retorcer la realidad: llaman «justicia» a la impunidad y «persecución política» a la aplicación de la ley. Ellas le dan a Macbeth la falsa sensación de seguridad con la que él termina de destruir el Estado de derecho.

Macbeth es consciente de su maldad, pero decide seguir adelante porque el poder y la riqueza son una adicción y la impunidad una necesidad de supervivencia. El Ejecutivo y Legislativo actúan como Macbeth y Lady Macbeth, turnándose para sostener el puñal contra la institucionalidad. El Judicial es el escenario donde Macbeth intenta esconder los cadáveres de sus acciones ilegales.

La advertencia del bosque: tarda pero llega
La imagen del Bosque de Birnam es el símbolo definitivo de que no hay blindaje jurídico, ni artimaña, ni pacto de impunidad que sea eterno frente a la realidad que avanza.

Quienes hoy se sienten invencibles tras los muros de las cortes guatemaltecas deberían volver la vista a la literatura, esa maestra que los griegos usaron para educar ciudadanos y que los isabelinos perfeccionaron para desnudar tiranos. Como Macbeth en su castillo de Dunsinane, los arquitectos de la impunidad actual confían en sus propias profecías de “blindaje eterno”, creyendo que sus artimañas legales han vuelto estático el destino del país.

Sin embargo, la historia y el teatro nos advierten que el poder absoluto es una ceguera. El “Bosque de Birnam” en Guatemala no está hecho de árboles, sino de la paciencia agotada de una ciudadanía que, rama por rama, acto de resistencia por acto de resistencia, ha comenzado a caminar.

Aquellos magistrados y funcionarios que hoy celebran resoluciones a medida, harían bien en asomarse a la ventana de sus despachos. Lo que ven como un horizonte inerte es, en realidad, un bosque que ha empezado a moverse. Y cuando la realidad camina hacia el castillo de la injusticia, no hay amparo, ni prórroga, ni artimaña que pueda detener el final de la obra. ¡Lean la obra!

Fin

Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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