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Muchas veces he escuchado las dudas de la prensa de países donantes respecto a la ayuda al desarrollo a países como el nuestro:  «Se trata de decenas de miles de millones que pueden haberse gastado en cosas que no tuvieron ningún efecto». Las agencias donantes están bajo una creciente presión política y pública para demostrar que están logrando el «valor por su dinero».

Una queja de los profesionales de los países donantes, es que sus gobiernos usualmente no han trabajado previamente con métodos basados en la evidencia, para evaluar la organización y administración de la ayuda. Específicamente estudios de control aleatorizados, para poder medir los efectos reales de los programas de ayuda y esa queja es enteramente válida.  Algunos ejemplos son claros al respecto.

Ensayos Controlados Aleatorizados (ECA o RCT) en el tema educativo del desarrollo, han demostrado que no basta con aumentar los recursos o construir más escuelas. Intervenciones simples y directas, como tutorías personalizadas para estudiantes con bajo rendimiento, o agrupar a los niños según su nivel de aprendizaje (en lugar de por edad), suelen ser más efectivas que medidas como dar más libros de texto.

Ensayos Controlados Aleatorizados (ECA o RCT) en el tema de la salud, han encontrado que, por ejemplo, en lugares en donde el parasitismo es alto, la desparasitación de niños no solo mejora la salud y la asistencia escolar, sino que también aumenta sus ingresos futuros como adultos.

Ensayos Controlados Aleatorizados (ECA o RCT) en el campo económico han demostrado que el microcrédito (pequeños préstamos) no es una solución mágica para la pobreza generalizada, como se pensó inicialmente. Si bien es útil para algunos negocios establecidos, a menudo no conduce a un rápido crecimiento económico para la mayoría de los prestatarios muy pobres. También se ha demostrado que pequeños incentivos o «empujones» (conocidos como nudges) pueden ser más efectivos que subsidios masivos. Por ejemplo, recordar/lograr que los agricultores utilicen un determinado fertilizante o ayudarles con el ahorro, puede tener un impacto significativo y sostenible.

También los programas han ayudado a terminar con mitos. Programas que ofrecen suministros gratuitos (como mosquiteras o filtros de agua) tienen mayor adopción que aquellos que requieren un pequeño pago, incluso si el pago es nominal. Esto desafía la idea tradicional de que se debe cobrar para garantizar la «apropiación» del producto.

Al identificar programas ineficaces, los donantes están pudiendo reorientar los fondos hacia intervenciones probadas. Las agencias de ayuda, ahora diseñan programas enfocándose en la «Teoría del Cambio» y los mecanismos causales, en lugar de solo en los insumos. También han aprendido que un programa que funciona bien en una aldea puede fracasar al ser escalado a nivel nacional, lo que subraya la necesidad de tener buenas teorías del cambio y evaluar la implementación.

Las agencias donantes y de cooperación internacional ha evolucionado de simplemente financiar proyectos a garantizar que estos proyectos tengan un impacto medible, sostenible y escalable.

Una alta preocupación en el donante es la Pérdida de Efectividad de sus programas: A medida que un programa crece, la calidad de la implementación, la capacitación del personal y el compromiso local se diluyen, reduciendo su impacto inicial. Explicación de muchos: falta de desarrollo de políticas de empoderamiento y sustentabilidad previstas. Por otro lado, una solución efectiva en un contexto social y cultural puede ser totalmente inaplicable en otro.

Por consiguiente, es loable que las agencias exijan cada vez más a sus socios ejecutores que articulen una Teoría del Cambio detallada. Esta teoría debe explicar por qué y cómo se espera que la intervención conduzca a los resultados deseados, identificando los supuestos críticos y los mecanismos conductuales que deben ocurrir para que el programa funcione y tenga sustentabilidad futura. Las agencias no quieren que el desarrollo dependa indefinidamente de la ayuda externa.

Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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