Ideas, modelos, teorías arcaicas y nuevas, subyacen en la visión política y social, incluso religiosa que impregnan a la sociedad guatemalteca con una característica común: inequidad y desigualdades de todo tipo: educativa, de salud, nutricionales, oportunidades laborales y sociales. De tal manera que a medida que avanza el siglo, se vuelve más evidente que los principales problemas de nuestro tiempo (energía, medio ambiente, cambio climático, seguridad alimentaria, seguridad social y financiera) no pueden entenderse de forma aislada a esas visiones chocantes y contrastantes, que agrietan la nación en grupos en constante lucha y enfrentamiento por poder, riquezas y oportunidades. Los académicos dicen que todos ellos son problemas sistémicos, es decir, que todos están relacionados, interconectados y son interdependientes. Los buenos políticos afirman que deben verse como facetas de una misma crisis: Una crisis de percepción de un vivir, relacionarse y forma de comportarse. Percepción de realidades, intereses y necesidades inadecuadas, para lidiar con las irregularidades, limitaciones, capacidades, de un mundo material y espiritual limitado y necesitado de nuevos entendimientos, comprensión y emprendimientos más adecuados, en un mundo interconectado, que necesita de menos complejidad y choque de sentimientos.

Cuando uno se detiene ante el diario vivir del mundo, lo que observa es un continuo choque de sentimientos, producto de una carnicería por tener y poseer, atentar contra el otro, sin medir consecuencia alguna. Claro que hay soluciones a los problemas de nuestro tiempo, pero requieren de un cambio radical de percepción, pensamiento y valores individuales y sociales, que conduzcan a nuevos comportamientos; a un cambio de paradigmas mucho más radical que la revolución del 44.

En estos momentos resulta válido preguntarse ¿Por qué quienes ocupan altos puestos actúan, tan a menudo, en contra de los dictados de la razón y del auto interés dictado constitucionalmente? ¿Por qué tan a menudo parece no funcionar el proceso mental inteligente? Desafortunadamente nuestros líderes políticos, religiosos, sociales, han sido a la fecha incapaces de unir puntos al respecto y emprender el inicio de la lucha, más allá de señalar y denunciar.

Lo que parece inverosímil en estos momentos es cómo todos esos liderazgos a más de defender intereses partidistas, no ven o no quieren ver, las supuestas soluciones que mejorarían el provenir de las generaciones futuras. Viven para construir un presente, cargado de satisfacciones, que deben lograrse de inmediato y a costa de lo que sea.

Cuando los ciudadanos, las instituciones, los gobernantes, los legisladores y jueces, pasan como rodillos trituradores sobre las leyes y mandatos constitucionales, poniendo énfasis en satisfacciones personales, la equidad y justicia se pierde, la anarquía cunde y el desgobierno hace presa de todo. Un total desprecio a lo que es justo, verdadero y productivo para todos, da paso a la soberbia y al desprecio poco justificado hacia los demás; al convencimiento de que justicia y poder es cosa de cada uno y a que todo lo demás es sobrante. Esa forma de pensar y actuar, mantiene en suspenso la cultura de la honestidad, obligando a vivir a la mayoría de la población, sin las libertades y los derechos, de los que habla y ordena nuestra constitución. De insensatez y perversidad estamos rodeados por todas partes y debemos ponerles ya un hasta aquí, si no queremos caer en más inequidad, dado que derechos y corrupción no pueden equilibrarse, si el bienestar de la mayoría es lo que cabe esperar.

Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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