Tras el ruido que ha provocado las fotos publicadas por estudiantes, nuestras certezas flaquean. Dado que la foto fue retocada con Photoshop, alguien incluso especuló que eran en realidad producto de la inteligencia artificial. No habría nada cierto. Que sea así o no, no importa. Lo que importa es tomar conciencia de que no todo lo que vemos puede ser real. Aún menos lo salido de nuestra maquina recolectora de información.
A partir de los conocimientos adquiridos, cuando miramos una fotografía, automáticamente nuestro cerebro la representa como algo real. En los últimos años, hemos tomado conciencia de que una fotografía puede haber sido retocada para mejorar su efecto y sin embargo, sigue siendo real para nosotros. Manipular fotos no es una cosa reciente y es tan antigua como la pintura y eso los avances tecnológicos lo han hecho más fácil y múltiple de realizar. Hoy en día, usted se compra un software de edición que es fácil de usar y puede hacer construcción de realidades de imágenes como quiera. Puede realizar grandes cambios en una imagen: combinar varias imágenes, ajustar los colores y la iluminación e incluso agregar o eliminar elementos de una figura, escenario etc. y eso mueve a nuestro cerebro al ver el mundo cambiante que hacemos y vemos, nos estimula la imaginación. Eso al final pueden terminar en algo desastroso, maligno y cruel, tanto para el creador como para el observador.
La tecnología no es buena o mala, lo es el que la crea y usa y resulta innegable que esta no se detiene y seguirá dándonos posibilidades de manipulaciones propicias a la falsificación y a causar mal, si ese es el fin que se le de. Una manipulación como lo acabamos de ver en los recientes juegos olímpicos de imágenes, bien ejecutada, puede inspirar asombro, curiosidad o incluso miedo y también insulto a creencias y tradiciones, pues toda imagen contiene mensajes e ideas, que en un momento pueden ofender a una buena parte de la población. La manipulación informática, puede crear grandes problemas y todo parece indicar que no es ético editar una fotografía de una manera que cambie su significado o pueda inducir a error a la percepción del observador, llevándole a crear imágenes falsas o engañosas o a ofender costumbres y tradiciones de grupos.
Como resultado de lo anterior, se ha vuelto cada vez más importante que las personas desarrollen la capacidad de pensamiento crítico para poder cuestionar la autenticidad de las imágenes. Es esencial considerar las implicaciones éticas de la alteración de la imagen. Solo un ejemplo para que reflexione. La manipulación fotográfica se utiliza en publicidad para crear estándares de belleza poco realistas, con efectos negativos en la imagen corporal y la autoestima de miles. Sin mencionar que las imágenes manipuladas, también podrían usarse para propaganda política o desinformación, como sucede en nuestro medio a través de las redes sociales.
Para garantizar un uso responsable de la manipulación fotográfica, es esencial que las personas sean transparentes sobre sus intenciones y motivaciones al modificar imágenes. Además, las instituciones educativas y las redes sociales y los medios, deben priorizar la enseñanza de alfabetización mediática y habilidades de pensamiento crítico, para ayudar a las personas a navegar en el complejo mundo de las imágenes digitales. Al promover una cultura de transparencia, podemos garantizar que la manipulación fotográfica siga siendo una fuerza positiva para la expresión y comunicación artística en todo el mundo.
