Los desastres naturales siempre sirven de instrumento político a los opositores del régimen que gobierna acá y en la China. Pero nunca esos reproches políticos permiten corregir o mejorar, pues su objetivo es desacreditar. Eso fue lo que se oyó en la discusión legislativa de ayer: nada técnico, nada gerencial, plañido de la oposición, sin un aporte substancioso a la solución de un problema de muy antaño que va adquiriendo proporciones gigantescas.
De hecho, los vertedores legales e ilegales dañan nuestro medio ambiente al contaminar el aire y el agua, cuando la lluvia arrastra consigo las sustancias tóxicas contenidas en los residuos. Además, la fermentación de residuos produce metano que, gracias a su potente efecto invernadero, contribuye al calentamiento global.
La historia de los vertederos. su incendio y daño a terceros, natural o provocado, en parte es y tiene connotaciones políticas. En nuestro medio, funcionarios municipales y autoridades locales incluso ministeriales, se han visto perseguidos, destituidos y afectados, mientras se oponían al vertido ilegal de escombros en la naturaleza o a su mal manejo. Los vertederos en Guatemala, se pueden observar a lo largo de carreteras, ríos y espacios naturales y numerosas veces los medios de comunicación ha venido señalando que se han multiplicado sin control y supervisión adecuada, incluso se pueden encontrar dentro de zonas residenciales en algunas cabeceras municipales y eso en buena parte es debido además del fraude, a la lejanía, el coste y la escasez de puntos de recogida y reunión, también a una organización defectuosa de su manejo y a una carencia de leyes adecuadas y falta de cumplimiento de las existentes.
La cifra de crecimiento de residuos domésticos, industriales y comerciales en Guatemala es vertiginosa y contempla anualmente por encima de tres millones de toneladas siendo el mayor productor de la región y en desechos electrónicos el décimo de Latinoamérica.
Un problema central, por no decir en casi todos los vertederos nacionales oficiales y piratas, son los incendios y la forma de atenderlos. Se entiende y atiende su solución solo desde el manejo del desastre: trabajos de respuesta y post-extinción, cosa loable pero no suficiente en su control sino se acompaña de otro elemento: su prevención. ¿Por qué los alcaldes y el gobierno local no han invertido en el manejo y uso inteligente de materiales de desecho también? es en eso es donde se debería de poner la atención no buscar culpables del manejo del desastre, igualmente mal manejado en Villa Nueva como en muchas otras poblaciones.
Informes, diagnóstico, financiación, asistencia técnica, todo eso se necesita que sea planificado para ayudar a disminuir los riesgos de los vertederos y hay algo más a estas alturas: no se trata de cubrir apresuradamente o enterrar residuos domésticos, restos de obras de construcción, electrodomésticos y vehículos fuera de uso y, algunos residuos industriales. Se debe empezar a trabajar un uso racional de tales desechos. En algunos países, eso ya se hace para producir energía. Se hace necesario que los centros universitarios y de investigación se interesen realmente y pongan en marcha proyectos de investigación, para probar técnicas de descontaminación y reutilización de desechos. La creación de programas de rehabilitación de un vertedero en que confluya la obra pública, la rehabilitación de terrenos baldíos, el tratamiento de terrenos y suelos contaminados y la gestión de residuos, es de carácter urgente. Es en ello en lo que debería centrar el legislativo su creación de leyes y el ejecutivo en eficientar el manejo de desechos a la par de las municipalidades. Debería de existir una oficina dentro de las instituciones responsables de trabajar en ello, en forma coordinada.