Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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En Guatemala dos entidades tienen que ver fundamentalmente con la salud laboral: el MSPAS y el IGSS. 

En todo trabajo hay beneficios, riesgos, exposiciones y costos de los métodos y manera de trabajar de la población adulta. La práctica laboral y la salud van de la mano. Sobre este tema, los gobiernos se han olvidado de una formulación de políticas y prácticas, basada en la ciencia y la ley y acorde al ámbito de la atención sanitaria. Por consiguiente, la actividad laboral, puede ser factor de pobreza sanitaria, al igual que las prestaciones curativas y preventivas, que se otorgan por los organismos responsables.

Los científicos han demostrado que existe una conexión entre las condiciones laborales y enfermedades degenerativas y metabólicas en el adulto. En ello, son varios los factores de la vida diaria que entran en juego y dentro de eso, la vida laboral tiene un papel protagónico. Es esa relación de la vida diaria con la vida laboral, la que afecta la salud de un hoy y un mañana de la población económicamente activa. Por ejemplo, es evidente que los siguientes grupos humanos, desarrollan enfermedades crónicas y mentales en mayor medida que otros:

  • Personas que sienten que la situación laboral significa pocas oportunidades de mejora de su vida, en combinación con exigencias excesivas; personas que sienten que tienen poco control sobre su trabajo o que el trabajo es estresante y aquellos que experimentan un desequilibrio entre esfuerzo y recompensa.
  • Personas que sienten que tienen poco apoyo en el trabajo, que están expuestas por la injusticia laboral, que tienen pocas oportunidades de desarrollo en el trabajo o inseguridad física o mental en el lugar de empleo.
  • Personas que trabajan de noche o que trabajan largas jornadas de trabajo o tienen varios trabajos.
  • Personas que están expuestas al ruido en su trabajo.
  • Personas expuestas a radiaciones ionizantes en su trabajo.

Insistimos que la legislación sobre cómo controlar mejor los aspectos arriba mencionados, en nuestro medio ha sido y es muy pobre. Pero es evidente por los reportes epidemiológicos del MSPAS a lo largo de los años, que las enfermedades degenerativas en el grupo de edad laboral, se han incrementado y que ha bajado la edad en que estas aparecen.

También se ha encontrado que las mujeres y los hombres con una exposición similar en el trabajo, desarrollan el mismo aumento relativo de enfermedades laborales, aunque no con las mismas frecuencias y consecuencias. Por ejemplo, se ha visto que, durante los años de trabajo, el riesgo de que los hombres sufran o mueran a causa de un ataque cardíaco agudo o un derrame cerebral, es aproximadamente el doble que el de las mujeres. Se sabe también que las enfermedades cardiovasculares, el síndrome metabólico y la diabetes, no digamos los accidentes laborales, tienen graves consecuencias para el individuo, sus allegados y la sociedad. La prevención reduce el sufrimiento y ahorra recursos. Insistimos, existen conocimientos basados ​​en investigaciones, que por el momento pueden utilizarse como base, para tomar una posición sobre las medidas sanitarias, no solo en el lugar de trabajo sino en los tiempos y circunstancias que rodean el desplazamiento de llegada al sitio laboral.

El nuevo gobierno debe tomar muy en cuenta la medicina laboral, como un elemento central a reformar dentro del sistema de salud. Las investigaciones y actividades futuras, deberían centrarse tanto en la implementación de mejores condiciones laborales como en intervención, en las que se sigan los efectos a largo plazo sobre las enfermedades después de intervenciones en el entorno laboral, respaldadas científicamente.

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