Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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Llamaron esta semana mi atención cuatro noticias nacionales: la preocupación norteamericana por la migración indebida de nacionales hacia su territorio; la inscripción de casi 10 mil candidatos a puestos públicos, no precisamente luchando por un mejor bienestar de la población; la aprobación por el congreso al subsidio de gas; y que la iniciativa privada anunciara la atención a la desnutrición de forma individualizada.

Llaman mi atención esas noticias, primero porque se interconectan todas ellas, con una dramática y terrible situación nacional: la pobreza y segundo porque ellas impactan dos de ellas negativamente, sobre el sector más dañado de la población, en cuanto a su estilo y bienestar y en tercer lugar porque los afectados no constituyen un número despreciable de la población, es casi la mitad.

Debemos tener claro lo que esas noticias tienen para la mayoría de la población, un impacto dentro en su praxis vivencial. Se migra especialmente porque se es pobre y no hay forma de salir de ella más que yéndose afuera. Se subsidia porque una vasta mayoría, no tiene disponibilidad monetaria para acceder a la energía que le sirve cotidianamente para preparar alimentos de consumo o venta de alimentos. Se atiende la desnutrición de forma privada, porque el Estado carece de la infraestructura, el interés político y los medios para realizarlo y para la iniciativa privada es un medio de crear una imagen altruista y lo hace alguien que tiene relaciones de producción-propiedad-poder para modificar el marco de inseguridad alimentaria a nivel nacional y a través de legislación correcta sobre sus causales, pero que no propicia el cambio de una estructura política institucional, lo que favorece el mantenimiento de factores de riesgo que propician que continuamente se produzca esa situación. Finalmente, muchos luchan por un puesto público, en que la clave es primero pagar una inversión realizada para llegar al puesto y obtener luego una ganancia, relegando a papel de medio el servicio público, en lugar de fin como debería ser.

En consecuencia y lo que me señala a las claras ese accionar diverso que señalan las noticias mencionadas, es que continuamos reproduciendo toda una maquinaria Estatal y Privada de inequidades, que generan procesos productores de pobreza económica, social y ambiental (causa principal de la migración) y falta de bienestar y salud y un desvío claro de los objetivos del ejercicio de lo público. De tal forma que vemos y tenemos un Estado que propicia procesos protectores contradictorios, lucha a favor del migrante, corrupción, una salud especialmente dirigida al orden individual y no al colectivo y con carácter de beneficencia y no de derecho nacional, omitiendo dentro de su accionar, relaciones sociales más equitativas. Entonces, esas noticias lo que me muestran es que estamos lejos de la creación de un modo de vida y una praxis social de bienestar y desarrollo humano.

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