Alfonso Mata

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Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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Alfonso Mata

Una demanda de trascendental importancia nacional está en juego en estos momentos: las elecciones universitarias de Rector. Entrever esperanza de cambio en la Usac se torna una necesidad nacional. Se necesita romper una estructura universitaria que ha tirado al limbo la ciencia, la técnica y la academia, llenando los recintos universitarios de imágenes terroríficas que favorece todo tipo de latrocinio y que atrae aventureros políticos en lugar de servidores de la academia.

Son años, por no decir décadas, de rectores y consejos superiores universitarios, que pudiendo y debiendo haber hecho muchas cosas para mejorar el sistema de educación superior, pudiendo haber invertido todo el dinero disponible en mejores programas académicos, pudiendo haber gastado más para ayudar a los estudiantes a prepararse académicamente mejor, que es la mayor barrera para la graduación, y pudiendo haber mejorado enormemente la orientación profesional, a lo que han llegado es, a llenar de politiquería los recintos y de estafa monetarias y fraudes todos sus programas. No han hecho una gestión ni para ayudar a los estudiantes ni a los profesionales, sino para bolsillos e intereses propios y de terceros. Lo que hemos venido observando son rectores y consejos universitarios que han tenido rienda suelta para beneficiarse de los programas de ayuda financiera del gobierno.

La elección de Rector, debería generar conciencia de que las universidades privadas tienden a tener clases más pequeñas, pareciera que tienden a hacer un mejor trabajo al graduar a sus estudiantes y tienden a gastar más para subsidiar a los estudiantes más pobres. La Usac no está realizando nada de eso como debiera. La carrera profesional de docente es igualmente pobre en todo sentido.

La Usac depende para financiar sus programas, de fondos públicos, lo desastroso no es eso, sino su participación en la vida política, que la lleva a componendas políticas de toda clase que le ha generado una larga lista de incompetencias y prácticas fraudulentas en todos los niveles.

Afortunadamente, existe la oportunidad de rectificar la situación señalada. El voto profesional y del estudiantado y profesorado, debe hacerse a favor de evitar el dañino continuismo, esto incluye reemplazar a una camarilla enquistada y votar por aquellos que están formulando nuevos estándares de ética. Votar por las nuevas propuestas que abordan cuestiones fundamentales, como medidas para el éxito de los estudiantes y profesores, umbrales más altos para el rendimiento de los estudiantes y de mejores estándares para el reclutamiento, las admisiones y la colocación laboral. Rendición de cuentas, y un énfasis en el proceso sobre los resultados, debería ser exigencia a resolver más allá de promesas, a fin de terminar con esas extensas prácticas falsas de la universidad en lo administrativo y académico: Prácticas ilegales de reclutamiento, esquemas de marketing engañosos, acuerdos ilegales multimillonarios, estadísticas de colocación laboral falsificadas y sufrimiento y violencia estudiantil, solo para mencionar algunos.

La Usac necesita una forma de gobernanza en versión más pura de la realidad nacional e internacional. La relación mixta entre la gobernanza estatal, la gobernanza de mercado y el autogobierno colegiado, debe sopesarse en aras a volver a una política reformadora de educación e investigación como lo prioritario, por el hecho de que la tarea principal de la Usac es proporcionar un trabajador de formación profesional y no elegir autoridades públicas. Un cruce entre el gobierno estatal y el autogobierno de la Usac, debe ser prioritaria y eminentemente académico. Hay necesidad de establecer límites a la profundidad con la que el Estado puede intervenir en el autogobierno colegiado sin socavar la autonomía de la Usac.

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