Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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Alfonso Mata

La educación presupone siempre un ideal educativo. La educación universitaria en las ciencias de la salud, en general debe tener en mente para eso, a un ciudadano sano ideal, y el propósito de las escuelas facultativas, debería ser capacitar a los jóvenes hacia esa meta acercarlos lo más posible al ideal. Por consiguiente, la educación universitaria debe tener en mente también, un profesional de la salud ideal y ello demanda de organizar las escuelas y los planes de estudios a obtener como producto final, un profesional que se ajuste al ideal de salud individual y social lo más posible. Pero no debemos perder de vista, que el ideal del profesional de la salud,  cambia a lo largo del tiempo y está en constante evolución. Como resultado, la educación médica y de salud, nunca puede alcanzar formas definidas, sino que está obligada a adaptarse a las condiciones cambiantes en los grupos humanos que conforman la sociedad. Cada sociedad demanda de un médico, una enfermera, nutricionista y laboratorista, con conocimientos y habilidades que se complementen con la visión, interés y necesidades de salud de individuos y poblaciones tanto en control de sus causas, sus riesgos, como en la reparación de los daños a su salud. De tal manera que la posición del profesional de la salud en la sociedad, las tareas que se le asignan y forma de hacerlo, varían y cambian también con las épocas y los grupos. El médico, por ejemplo, era un sacerdote en Babilonia, un artesano en la antigua Grecia, un clérigo a principios de la Edad Media, un erudito hasta hace poco y en la actualidad un científico que aplica a su arte de saneamiento y curación, la ciencia y sus logros.

Por lo tanto, la imagen que una sociedad tiene de su médico y sus profesionales de salud a lo que se asocia el objetivo de la educación de ellos, está determinada principalmente por dos factores: la estructura social y económica de esa sociedad y los medios técnicos y científicos disponibles para el ejercicio profesional que se tengan en ese momento. Cuando el ideal médico y del profesional de salud está claramente definido y consciente en la mente de las personas y sociedad, la educación profesional se adapta y alcanza por un tiempo formas más o menos estables. Sin embargo, en períodos de transición, cuando las condiciones sociales y económicas son tan heterogéneas dentro de la población; cuando el ideal médico y de la medicina en lo político y el de la profesión en salud se torna a favor de la medicalización y una medicina comercializada, como sucede en la actualidad, se hace necesario un cambio en visión y formación profesional.

La página de La Hora Salud de la edición de este día, nos  presenta una posición  que enfoca con profundidad el tipo de medicina que necesitamos y que ha sido olvidado por la academia, la sociedad y la política y que va más allá de una educación universitaria centrada en el tratamiento de la enfermedad, produciendo técnicos y profesionales con un enfoque más comercial a expensas de servicio y sin dejar claro en esos profesionales que la enfermedad, son sus enfermos y sus estilos de vidas y que a ambos hay que atender para lograr sociedades sanas.

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