AIDA LORENZO DE JUÁREZ
Asociación de Combustibles Renovables de Guatemala (ACR)
Ingeniera industrial, Master en Administración de Empresas, Diplomado en Gestión Ambiental en INCAE – Costa Rica. Actual Gerente General de la Asociación Promotora de Combustibles Renovables de Guatemala.
Coordinadora de la Comunidad de Práctica de Bioenergía y de la de Reducción de emisiones de metano de fuentes orgánicas en Latinoamérica y el Caribe (MetLAC), de la plataforma LEDS LAC. Coordinadora del grupo de mitigación del Sistema Guatemalteco de Ciencias de Cambio Climático, miembro de la Comisión de Energía de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología. Cuenta con más de 20 años de experiencia en consultoría en energías renovables y gestión ambiental.
En medio de la creciente preocupación por la alarmante calidad del aire en Guatemala, la mezcla de gasolina con etanol avanzado se posiciona como una alternativa prometedora para mitigar los impactos ambientales adversos asociados con los combustibles fósiles. Este biocombustible renovable, derivado de cultivos como la caña de azúcar, el maíz, trigo y la remolacha, ofrece una serie de beneficios significativos que podrían ser cruciales en la transición hacia una economía más limpia y sostenible.
Uno de los aspectos más destacados del etanol avanzado es su capacidad para reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero tomando en cuenta todo el ciclo de vida de su producción y comparándolo con la gasolina. Este impacto se debe a que existe un ciclo cerrado de CO2, donde el dióxido de carbono liberado por la combustión desde la plantación, procesamiento, transporte y quema en los automóviles y motocicletas es absorbido por las plantas durante su crecimiento, las cuales luego se transforman en etanol. Numerosos estudios respaldan que el etanol avanzado derivado de la caña de azúcar reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 70% en comparación con la gasolina en todo su ciclo de vida. Dependiendo de la materia prima y el combustible que usen en la producción, la reducción de emisiones puede ser mayor o menor. La Normativa Europea en sus diversos estudios toma valores por defecto y estima una reducción de un 68% si es de remolacha, hasta un 48% si es de maíz y un 38% si proviene de otros cereales.
Además de su contribución a la reducción de gases de efecto invernadero, el etanol avanzado es biodegradable y no tóxico. Esto significa que, en caso de derrames o liberaciones accidentales, el impacto ambiental y los riesgos para la salud humana son considerablemente menores en comparación con los derrames de petróleo y sus derivados. Estudios indican que el etanol se degrada en el medio ambiente en un plazo de 28 días, mientras que los productos derivados del petróleo pueden persistir durante años, causando daños continuos a los ecosistemas.
Desde una perspectiva de sostenibilidad y eficiencia energética, la gasolina mezclada con etanol avanzado también ofrece ventajas notables. Según diversas fuentes científicas, el balance energético depende de la materia prima y el combustible que usan. Cuando se produce de remolacha, por cada unidad de energía utilizada, genera 1.2 – 1.8 unidades. En el caso de maíz genera 0.6 -2.0 unidades y cuando se produce de caña puede ser hasta 9.3 unidades de energía más que se genera.
Es importante destacar que el etanol no solo ofrece beneficios ambientales y económicos, sino que también contribuye al desarrollo rural y agrícola. La producción de etanol genera oportunidades de empleo en áreas rurales y puede promover prácticas agrícolas sostenibles si se manejan adecuadamente los cultivos utilizados. Guatemala destaca como productor de etanol avanzado, cumpliendo con rigurosos estándares internacionales de sostenibilidad y ganándose reconocimiento a nivel mundial por la calidad de su etanol, la producción cuenta con diferentes certificaciones de sostenibilidad como lo son la ISCCC, Bonsucro, RSB, LCFS, entre otros.
En conclusión, el etanol avanzado representa una herramienta crucial en la transición hacia un sistema energético global más limpio y sostenible. Su capacidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, su biodegradabilidad y su potencial para diversificar el suministro energético son fundamentales para enfrentar los desafíos del cambio climático. En Guatemala es imperativo que el gobierno, las empresas y la sociedad en general apoyen el desarrollo y la implementación de la mezcla de gasolina con etanol avanzado, tanto porque existe una ley vigente y positiva que demanda su cumplimiento, como por ser la única vía que permite en corto tiempo reducir efectivamente las emisiones de los vehículos y mejorar la calidad del aire que respiramos en Guatemala, disminuyendo 7 millones de toneladas de CO2 en un plazo de 30 años.