Aire más Limpio - Costa Rica

MGA. Pablo Bermúdez Vives
Asesor de Ambiente y Energía
Ministerio de Ambiente y Energía, Costa Rica
Con mi experiencia en los sectores público y privado, pretendo mejorar nuestro entorno, usando adecuadamente los recursos, en pro del crecimiento ambiental, social y financiero, aprovechando mi formación de Agrónomo, Administrador y Árbitro de ajedrez, bajo altos valores éticos y morales.

 

En toda nueva tecnología que llega a nuestro diario vivir, es normal plantear interrogantes tales como:

¿Cuáles son los beneficios de la tecnología?

¿Es compatible este cambio con mis condiciones actuales?

¿Cuáles cambios requiero y cuánto tiempo necesito para implementar?

¿Cuáles son las dificultades de cambiar de tecnología?

Llevar a cabo la tarea de mezclar etanol con gasolina en Costa Rica, es un ejemplo de la necesidad de contestar todas las preguntas anteriores y otras tantas, que han surgido ante la adopción de esta tecnología.

Internacionalmente existe amplia evidencia que soporta la tesis sobre incorporar etanol en las mezclas de combustible, ampliando la frontera agrícola con la siembra de cultivos para extracción, generando amplios beneficios en la descarbonización de las economías, mejorando la salud de la población al disminuir emisiones contaminantes y recortando la factura petrolera, todo lo cual ha facultado un uso importante de este biocombustible en más de 50 países.

Costa Rica ha reconocido este potencial para disminuir la generación de gases de efecto invernadero; motivo por el cual, el Plan Nacional de Descarbonización de Costa Rica plantea la incorporación de porcentajes de etanol en las mezclas de combustibles, como una medida de mejora en la eficiencia de la flota de combustión en Costa Rica; medida refrendada en el Plan Nacional de Desarrollo 2023-2026, estableciendo el objetivo de mezclar etanol con gasolina para el año 2026, fomentando la diversificación de la matriz energética, usando fuentes bajas de carbono.

Han surgido dudas en relación con el abastecimiento, comercialización, fijación de tarifa, transporte, habilitación de la infraestructura para almacenamiento, estaciones de servicio, afectación y mantenimiento de la flota vehicular; dudas propuestas por representantes de diversos sectores, los cuales han actuado responsablemente, al solicitar respuestas que prevengan cualquier riesgo imprevisto, y afecten la implementación en una o varias de las etapas de la cadena de comercialización o en el uso de los combustibles resultantes.

Contestar estas inquietudes ha sido una tarea primordial, que ha requerido llevar a cabo una cantidad importante de tareas:

El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y RECOPE (Refinadora Costarricense de Petróleo) han realizado estudios y proyectos piloto para evaluar la viabilidad técnica y económica de mezclar etanol con gasolina.

Se han realizado investigaciones sobre el potencial de la caña de azúcar y otros cultivos energéticos como fuentes de etanol.

El gobierno ha trabajado en la elaboración de normativas que regulan la producción, distribución y venta de etanol como aditivo en los combustibles. Estas normativas incluyen estándares de calidad para el etanol y porcentajes de mezcla permitidos.

Se ha necesitado inversión en infraestructura para la producción de etanol y la adaptación de las instalaciones de RECOPE para la mezcla y distribución de combustibles. La logística de distribución ha requerido ajustes para asegurar una mezcla adecuada y la distribución eficiente en todo el país.

Es trascendental contar con el apoyo de diversos órganos multilaterales, que brindan colaboración técnica, permitiendo ampliar el horizonte de conocimientos y solventando todas las complicaciones relativas a la implementación, sobre la base de un robusto cuerpo de expertos que han aportado su experiencia con los ejemplos de éxito de otros países.

El Gobierno de Costa Rica, por medio de todas estas acciones, ha tomado en cuenta todas las opiniones al respecto, con el fin de iniciar la implementación de la mezcla de etanol con gasolina en los combustibles a finales del 2024, promoviendo el uso de biocombustibles de génesis agrícola, contribuyendo a la descarbonización y mejorando las condiciones de salud de la población, honrando así el compromiso continuo hacia la sostenibilidad y la diversificación energética.