El bioetanol como alternativa para la mitigación del cambio climático

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Gabriela Fuentes Braeuner

Gabriela Fuentes Braeuner
Ingeniera Forestal, graduada de la Universidad del Valle de Guatemala, con una Maestría en Administración de Empresas de la Universidad de York y Escuela Superior Internacional y un Postgrado en Manejo Integrado de Recursos Hídricos de la Universidad de Canterbury, Nueva Zelanda.
Es directora del Centro de Estudios Ambientales y Biodiversidad (CEAB) de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) desde febrero de 2018, e investigadora del Centro desde 2014, y fue nombrada Científico Joven para el período 2019-2023 por la Academia Mundial de Ciencias (TWAS).
Trece años de experiencia en investigación relacionada al tema ambiental en el sector público, privado y academia. En los últimos ocho años ha trabajado mayormente en el tema de mitigación del cambio climático, con mayor énfasis en el sector de cambio de uso de la tierra.
Desde el CEAB ha liderado proyectos relacionados con adaptación y mitigación del cambio climático, mayoritariamente en apoyo al gobierno de Guatemala, y financiados por diferentes donantes. Dentro de estos proyectos se puede mencionar la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático y el Primer Informe Bienal de Actualización, reportes que el país tiene el compromiso de presentar ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

 

Desde el Centro de Estudios Ambientales y Biodiversidad de la Universidad del Valle de Guatemala (CEAB-UVG) hemos apoyado al Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) en la elaboración de los inventarios nacionales de gases de efecto invernadero (GEI) que el país tiene el compromiso de presentar ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Según los resultados del último inventario oficial para el año 2018, Guatemala es un país emisor, lo que significa que en el país se emiten más GEI de los que son absorbidos. El principal sector emisor en Guatemala es el de los bosques, por la deforestación y la degradación por incendios forestales y el uso insostenible de la leña, el cual aporta 30,804 kT CO2eq, lo que representa el 49.6% del total de las emisiones. El segundo sector emisor es el de energía, con 20,958.1 kTCO2eq, equivalentes al 33.8% de las emisiones nacionales. Es importante notar que este último sector está dominado por las emisiones GEI del consumo de combustibles fósiles en el transporte.

Contar con estos datos es importante para poder orientar y priorizar las medidas de mitigación al cambio climático en los instrumentos de política. Este ha sido el caso en Guatemala, pues en la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC por sus siglas en inglés) que el país presentó en 2022, como parte de sus compromisos internacionales bajo el marco del Acuerdo de París, de las medidas de mitigación priorizadas, cuatro pertenecen al sector de bosques y tres al sector de energía. Una de estas medidas es la promoción de la movilidad sostenible, incluyendo la electromovilidad y el uso de biocombustibles. El uso de biocombustibles también es una medida priorizada en la Estrategia Nacional de Desarrollo con Bajas Emisiones (ENDBE).

Debido a que las emisiones por transporte han sido significativas desde años atrás, en la UVG, a través del CEAB y el Centro de Procesos Industriales (CPI), realizamos en 2020 un proyecto piloto de movilidad verde, en donde se puso a prueba el uso de ecopower, que es gasolina con etanol avanzado y certificado producido como subproducto del cultivo de la caña de azúcar, en flotillas actuales de vehículos para comprobar de manera científica y técnica los beneficios ambientales, económicos y sociales de este combustible renovable. Después de utilizar ecopower con 5% y 10% de etanol mezclado con gasolina (E5 y E10), en 34 vehículos durante 10 semanas, se encontró que el uso de etanol en los vehículos reduce en gran medida los gases de combustión: hidrocarburos en 74.17%, monóxido de carbono (CO) en 71.74%, el dióxido de azufre (SO2) en 54.18%, el óxido de nitrógeno (NO) en 39.96% y el dióxido de carbono (CO2) en 21.17%.

En adición a esto, es importante resaltar que como parte del estudio se analizó el cambio de uso de la tierra para el establecimiento de plantaciones de caña de azúcar y se encontró que el uso de bioetanol en Guatemala no contraviene los lineamientos de la Estrategia Nacional para la Reducción de la Deforestación y Degradación de los Bosques (Estrategia REDD+), pues la producción y obtención actual de etanol en Guatemala no está comprometiendo las áreas con cobertura forestal del país y muy probablemente no lo hará tampoco a futuro, pues la producción actual de etanol alcanza para abastecer con E10 a todo el parque vehicular.

Dada esta evidencia científica en torno a los beneficios ambientales del uso de bioetanol, como una medida de mitigación del cambio climático, es importante que el país implemente una política pública que promueva la utilización de etanol avanzado en la gasolina. Esta decisión política podría provocar cambios positivos para el ambiente y la salud, al incorporar energías renovables que se producen nacionalmente, y que cumplen con los requerimientos internacionales de calidad y sostenibilidad.