El escritor británico George Orwell publicó en 1949 una novela de ciencia ficción que hoy es poco menos que un objeto de fascinación. “1984” es el título, y aunque la exactitud del año difiere con cierta consideración de los tiempos que corren, las ideas planteadas por el autor a manera de paradójicas profecías con respecto a temas como el uso de la tecnología como herramienta para el control social y para la manipulación de hechos y circunstancias son una cuestión palpable.

De conformidad con un considerable número de ordenamientos jurídicos del mundo ―como es de suponer―, la libertad constituye un derecho fundamental. Sin embargo, en la actualidad, el concepto “libertad” pareciera cobrar dimensiones distintas ―y sobrecogedoras en algunos casos―, en virtud de que, superada esa etapa histórica de la esclavitud en el mundo, entendida esta como la privación de libertad de unos seres humanos sobre otros, sin duda parecieran persistir otros tipos de esclavitud humana.

“Las personas llegarán a adorar las tecnologías que deshacen su capacidad de pensar”, dijo alguna vez Aldous Huxley ―lo parafraseo―, en perfecta alusión a esos otros tipos de esclavitud que parecieran seguir existiendo en el mundo. Y las imágenes diarias que suelen verse en todos lados de personas sumidas en sus teléfonos celulares o pantallas de computadora haciendo gala de su libertad para navegar interactuando por cuanta red social digital exista es un claro ejemplo de ello.

Eso nos hace pensar que, muy probablemente, las normas jurídicas del futuro lleven implícitas formas nuevas de interpretar el concepto libertad como derecho fundamental, lo cual, como es de suponer, traería también una extensa suerte de nuevas posibilidades e intereses de todo tipo. Si el filósofo Jeremy Bentham hubiera podido adelantarse físicamente en el tiempo y ver, desde su óptica utilitarista, la paradoja de la libertad humana en el contexto digital de hoy, seguramente reiría con su idea original del panóptico.

Quizá plantearlo así parezca exagerado. Quizá no sea para tanto. No obstante, no se puede negar que basta dar una mirada a nuestro alrededor para darnos cuenta de que las visiones de Orwell o Huxley no eran del todo descabelladas con respecto al concepto de libertad, un concepto que, como ya se adelantaba, pareciera en la actualidad cobrar dimensiones distintas que a muchos causan incertidumbre y especulación. La “realidad”, puede incluso superar a la ciencia ficción.

Adolfo Mazariegos

Politólogo y escritor, con estudios de posgrado en Gestión Pública. Actualmente catedrático en la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos de Guatemala y consultor independiente en temas de formación política y ciudadana, problemática social y migrantes. Autor de varias obras, tanto en el género de la narrativa como en el marco de las ciencias sociales.

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