En la actualidad es muy común hablar o escuchar hablar de algún tópico en el que la Inteligencia Artificial es el punto de partida. La IA es ya tan familiar que muchas veces ni siquiera reparamos en las formas de su utilización en nuestra vida cotidiana o en lo mucho que hemos llegado a acostumbrarnos a que forme parte de nuestro día a día, más allá de los detractores que pueda tener o de las llamadas teorías conspiranoicas que nunca faltan porque sencillamente son parte del paquete.

Hace pocas semanas empezó a conocerse por distintas partes del mundo un libro cuyo título –muy sugerente, sin duda– rápidamente escaló posiciones en las listas de popularidad en su género, convirtiéndose en un best seller y catapultando de alguna manera a su autor, de quien nadie había escuchado hablar previamente –mucho menos en esta parte del globo– y menos aún, haber leído alguna otra obra que eventualmente hubiera publicado antes. El libro en cuestión se titula “Hipnocracia”.

La existencia de la obra ha puesto sobre el tapete, nuevamente, una suerte de paradoja en la que la vida humana experimenta algo que algunos han dado en denominar una arquitectura nueva o distinta de la realidad. En algunos medios europeos y sitios de Internet, incluso, hubo reseñas positivas con respecto a la perspicacia del autor y a sus interesantes propuestas en el marco de la teoría con respecto a la manipulación social como fenómeno contemporáneo.

Y el debate ético se desató de pronto. La razón es muy sencilla: el libro, que se había vendido ya bastante bien y que había recibido elogios y halagos, resultó ser una suerte de experimento social creado –hasta donde se sabe– por un grupo de profesores en una universidad alemana. El autor sencillamente no existe, y la obra fue escrita realmente con Inteligencia Artificial. Como vemos, a veces las historias que creemos ciegamente, son también aquellas que más nos controlan como humanidad.

El punto es que, el asunto, como ya se indicaba, pone de manifiesto no solamente una discusión acerca de las formas y usos de la IA, sino también de las formas, momentos y fines con los cuales las nuevas tecnologías que surgen diariamente son utilizadas en el marco de la vida social cotidiana. La pregunta central, al final de cuentas, tal vez no sea tan compleja de responder, quizá tal respuesta sólo radique allí, no en el qué, sino en el para qué.

Adolfo Mazariegos

Politólogo y escritor, con estudios de posgrado en Gestión Pública. Actualmente catedrático en la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos de Guatemala y consultor independiente en temas de formación política y ciudadana, problemática social y migrantes. Autor de varias obras, tanto en el género de la narrativa como en el marco de las ciencias sociales.

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