El agua pura juega un papel clave en el funcionamiento del cuerpo humano, con beneficios que van desde facilitar la digestión hasta ayudar a eliminar toxinas. Es un líquido esencial para la salud, pero surge la pregunta: ¿existe una cantidad mínima o máxima recomendada?
El doctor Alfonso Mata aclara que no hay una cantidad universal de agua que todas las personas deban consumir a diario, pues depende de factores como la temperatura, la humedad, la altitud, la actividad física y las condiciones de salud de cada individuo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta de agua puede variar por razones como:
- Ejercicio: cualquier actividad que provoque sudoración requiere un consumo adicional para compensar la pérdida de líquidos.
- Salud general: fiebre, vómitos o diarrea provocan deshidratación; en estos casos se recomienda aumentar el consumo o seguir indicaciones médicas.
- Entorno: un clima cálido o húmedo aumenta la necesidad de beber más agua.
- Embarazo y lactancia: las mujeres embarazadas o en período de lactancia necesitan más líquidos para mantenerse hidratadas.
¿CUÁNTA AGUA TOMAR?
Mata explicó que una mujer adulta sana, en condiciones normales, puede necesitar alrededor de 2 litros diarios (equivalentes a unos 8 vasos), mientras que un hombre podría requerir 2.5 litros (aproximadamente 10 vasos). Sin embargo, esto es solo un «estándar”, explicó el especialista.
Para un cálculo más preciso, Mata sugiere usar el peso corporal, incluyendo no solo agua pura, sino también líquidos provenientes de alimentos como sopas, leche, café o frutas.
El médico enfatizó que la actividad física y el estado de salud son determinantes. “Un atleta de alto rendimiento puede perder 2 litros de agua en una hora de ejercicio, por lo que necesitará reponer esa pérdida adicional. Por otro lado, un paciente con problemas renales no puede sobrecargar sus riñones”, señaló.
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¿COMO SABER SI ESTAMOS TOMANDO SUFICIENTE AGUA?
Mata indicó que las señales más confiables para detectar deshidratación son la sed, el color oscuro de la orina, la lengua seca o pegajosa, la fatiga y la debilidad. En adultos mayores, que retienen menos agua corporal, estos signos deben vigilarse con mayor atención.
El especialista añadió que el agua sigue siendo la mejor fuente de hidratación, aunque frutas, verduras y carnes frescas también aportan grandes cantidades de líquido, mientras que granos y semillas son los alimentos más secos. La forma de preparación influye: “entre más cocido esté un alimento, menos agua conserva”, explicó.
Finalmente, destacó que beber agua en exceso rara vez representa un problema, ya que el cuerpo regula naturalmente su ingesta mediante la sensación de saciedad.
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