*POR MARIELA CASTAÑÓN
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David Martínez-Amador, investigador y profesor universitario, asociado a la red internacional de investigadores sociales Insumisos con sede en México, realizó anoche un análisis sobre los resultados preliminares de las elecciones generales, el vencedor Alejandro Giammattei de Vamos y de la agrupación política Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y su candidata a la presidencia, Sandra Torres.
“El resultado electoral muestra un cansancio con la práctica democrática, un desgaste, un hartazgo. Una participación del 42% es un indicador muy grave con respecto a la importancia que para una sociedad tiene la democracia electoral. El mandato del próximo presidente es un mandato sustentado en 2 millones de votos (de un universo de 8 millones), será un mandato bajo la sombra de una elección marcada por la apatía”, explicó.
Según Martínez-Amador, dentro del universo de votos emitidos, 3.6 millones, es claro que la propuesta de Giammattei barrió completamente con su rival y se confirma que, Guatemala es un país de derechas.
“Ni los sectores progresistas ni la socialdemocracia tiene la fuerza para tomar de vuelta una presidencia. Se confirma además, una indirecta reelección del proyecto de gobierno de la administración Morales. Por último pero no menos importante, se confirma lo poco idóneo que la candidatura de Sandra Torres fue. La cantidad de anticuerpos que la hacía virtualmente imposible de ser un producto de consumo flexible en el marco urbano”, destacó.
Agregó, que “eso debía haberse contemplado en razón que las últimas tres elecciones han sido determinadas por el voto urbano. -Su- techo electoral estuvo muy por abajo del esperado 1.6millones, lo cual da a entender que existía un problema en la estructura de células del partido y un incontrolable, desinterés del marco rural cuando la elección no es municipal”.
Según el investigador, “Sandra Torres es una excelente candidata para obtener curules, pero pésima para ganar elecciones. Su anti-voto estuvo en más del 30 por ciento. Todos estos elementos debían haber obligado a una mayor discusión dentro de la UNE para determinar si el candidato era idóneo o no. Al final al igual que Baldizón, el gran líder tenía, pies de barro”.
Martínez-Amador, indicó en que la UNE necesita recomponerse y trabajar en una agenda parlamentaria que les haga dejar el fantasma de Sandra Torres “si es que quieren, mantenerse viables (asumiendo que no son cancelados)”.
“El nuevo gobierno, con una bancada de 16 debe buscar apoyos y tendrá que negociar su agenda con otras 18 bancadas lo que hace pensar en graves problemas de gobernabilidad que van a repercutir en el mandato de un presidente, que fue electo con tan solo un 42 por ciento de participación ciudadana. Se pinta al menos, su inicio de gestión, como un presidencialismo muy débil”, concluyó.
*Con información de Douglas Gámez.