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Por Eder Juárez
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Tras darse a conocer el convenio de entrega de visas para Trabajadores Agrícolas Temporales, entre el Ministerio de Trabajo de Guatemala y el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, analistas consultados consideran que el éxodo migratorio no se reducirá con la entrega de este programa, debido a los condicionamientos que Guatemala tiene como el Acuerdo de Tercer País Seguro.

Ayer el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, dijo que de no aprobarse el Acuerdo de Tercer País Seguro, el programa de visas temporales tampoco cobraría efecto, es decir que este beneficio solo se gozaría si es que se aprueba dicho acuerdo.
Según el analista político Renzo Rosal, la lógica de la nueva agenda no se circunscribe únicamente al Acuerdo de Tercer País Seguro, “porque ahora vamos viendo que se trata de un conjunto de condicionamientos cada vez más fuertes y cada vez más asimétricos entre Estados Unidos y Guatemala”.

“En este caso si bien es cierto que formalmente para obtener visa de trabajo en el área agrícolas se deben cumplir ciertos requisitos, es claro que el nivel de condicionamientos del Estado de Guatemala y de cada una de las personas que quieran ser sujetas de esas visas, van a tener que pasar por un proceso de requisitos adicionales”, dijo Rosal.

“Está visto que ahí es donde está la esencia de ese tipo de acuerdos que lo que hacen es intentar por todos los medios doblegar que Guatemala sea subordinada al contenido y que no tengamos ningún margen de maniobra para ello, es el Gobierno el responsable de intentar reducir la presión que tienen ese tipo de instrumentos, es el Gobierno que debe establecer mecanismos de negociación para que las condiciones no sean tan horribles, es ahí donde los Gobiernos tiene una obligación constitucional de velar por los intereses, no de Estados Unidos sino de los guatemaltecos”, señaló.

Agregó que el supuesto de la implementación de este programa es reducir la migración irregular y que los canales de migración sean cada vez más los regulares, esa es la lógica con la que se está actuando.

Sin embargo; “la lógica es un tanto contradictorio porque en la medida en que se aumentan los requisitos, que se aumenten las presiones, el modelo económico en Guatemala sigue siendo el mismo y Estados Unidos le está diciendo ahora que el apoyo se va a derivar en más recursos del sector privado guatemalteco y la promoción de las inversiones, está visto que no hay interés para modificar el modelo y si no se modifica el modelo las condiciones para que los flujos migratorios continúen están a la orden del día”, manifestó Rosal.

Además indicó que los flujos migratorios continuarán en tanto y en cuanto los países como Guatemala no le pongan atención al asunto de fondo y Estados Unidos nos presione bajo condiciones que no son viables.

Por su lado la exsecretaria de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan), Karin Slowing, dijo que este convenio es poco y muy tarde, porque la escala del problema ya excede con creces la dotación adicional de visas para trabajo agrícola temporal que pudieran estar dando, “exactamente no se conoce cuantas visas adicionales van a entregar por año, pero excede con creces la demanda de las posibilidades económicas de la gente”.

Agregó que “es una cosa buena pero insuficiente y demasiado tarde de un problema que ya escaló, es una pena que el Estado de Guatemala haya esperado el último semestre de un mandato de cuatro años para negociar algo así. Pero los que resulten afortunados, enhorabuena”, indicó.

Según Slowing, el mensaje político es el correcto, la gente quiere migrar para trabajar porque va a ganar mejor allá, aquí no tiene oportunidades, entonces darle una visa de trabajo temporal es un mensaje correcto, “el tema es que se hace en un contexto donde ya se firmó un acuerdo que es inapropiado, en donde nos condenan a nosotros a vivir las consecuencias de la política antinmigrante norteamericana”.

Agregó que lo que se esperaría es que esas visas se las den personas que en verdad la necesitan y no se preste al clientelismo político.

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