POR MARIELA CASTAÑÓN
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La Policía Nacional Civil (PNC) está integrada por 41 mil 224 personas: 6 mil 373 mujeres y 34 mil 851 hombres, quienes el pasado 15 de julio conmemoraron el 22 aniversario de su institución. En más de dos décadas 501 PNC han muerto en funciones, 291 han quedado discapacitados. Otros, a pesar de no tener balas, chalecos blindados, vehículos y gasolina, trabajan desde el anonimato resolviendo casos y previniendo el delito en las zonas consideradas rojas, por el alto índice delincuencial.

Darwin Giovani Bosarreyes Corado, de 23 años, era agente de la PNC. Nació en Chimaltenango y tenía tres meses y 11 días de ser policía. Estaba asignado a la subestación 31-21 del municipio de Palín en Escuintla.

El 16 de julio, Bosarreyes junto con su compañero Lorenzo Sem estaba de turno; colocaron un operativo policial en el kilómetro 43.5 autopista a Palín, cuando cuatro hombres dispararon en la vía pública. Bosarreyes y Sem se movilizaron hasta el lugar donde escucharon las detonaciones de arma de fuego, pero fueron recibidos a disparos.

El agente Darwin murió al ingresar al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), mientras que Sem se recupera del atentado.

Bosarreyes iba a ser padre en los próximos meses, pues su conviviente tiene tres meses de embarazo. El agente no conocerá a su bebé. Él buscaba que su pareja pudiera dar a luz en el IGSS, pero no le dio tiempo de realizar los trámites para inscribirla, mientras tanto la joven madre es atendida en un hospital público.

Gilmer Macú, cuñado de Bosarreyes, explica que conocía al agente desde que tenía diez años y su muerte significa una pérdida para toda la familia; destaca que la madre del policía está afectada psicológicamente por lo sucedido.

“Ha sido una pérdida dolorosa, tanto que luchó para llegar a donde llegó y solo fue como dicen muchos, de pasadita. Es doloroso verlos crecer y que Dios los recoja tan jóvenes”, dice Macú.

El entrevistado recuerda que el agente Bosarreyes trabajaba para el bienestar familiar: de su esposa y sus padres, así como para lograr un cambio.

“A él lo motivó –entrar a la Policía–, el bienestar familiar, luchar contra la delincuencia y servirle al Estado. Desde que era niño, desde que yo lo conozco, deseaba ser policía. Él quería ser parte de la Policía, quería hacer el cambio”, detalla.

La muerte del agente Darwin se suma a las más de 500 registradas por la institución policial, en enfrentamientos armados, accidentes de tránsito, enfermedades.

Los casos ocurrieron cuando los policías estaban cumpliendo sus funciones, en el período del 1 de enero de 1998 al 23 de julio de 2019. La Hora solicitó información de los casos registrados en las vísperas de la fundación de la PNC, es decir en 1997, sin embargo, esa información no estaba disponible al cierre de este reportaje.

Según la PNC, entre los beneficios económicos que reciben los familiares de un policía fallecido están: un seguro de vida por parte del Crédito Hipotecario Nacional que paga la institución y que va desde Q100 mil cuando está fuera del servicio a Q200 mil cuando está dentro del servicio. También el auxilio póstumo que es un régimen de previsión social complementario, que se capitaliza con las contribuciones de los miembros de la PNC; los montos que se conceden a los beneficiarios son por medio del grado jerárquico y el aporte que daba en vida el policía fallecido, esto va desde Q75 mil a Q200 mil.

Algunos deudos han indicado, que existe demora en la entrega del dinero por la papelería que deben reunir, mientras que en otros casos existen dificultades administrativas para obtenerlo, por ejemplo, cuando el policía no estaba casado con su pareja, dejó a varias personas aseguradas, o la familia carece de documentos que amparen por ejemplo una relación marital y paterna, entre otros.

IMPACTO NEGATIVO EN LAS FAMILIAS

La muerte de un policía impacta en la vida de su familia y de la sociedad, así lo reflejan los datos de la Sección de Capellanía de la PNC, la cual se encarga del fortalecimiento moral y espiritual de los policías. Esta Sección fue fundada en 2005, pero empezó a funcionar en 2006.

De acuerdo con Eliezer Bonilla, jefe de la Sección de Capellanía, del año 2006 a la fecha, hay 721 niños, niñas y adolescentes (NNA) huérfanos de padre o madre en cumplimiento del deber, a ellos se les denomina “Generación de Héroes”. También se cuantifican 423 viudas y 291 policías discapacitados que fueron afectados en un enfrentamiento armado, en una persecución o un accidente de tránsito.

Bonilla admite que el trabajo del policía es la protección de las personas, sin embargo, existen desafíos en la carrera policial, que van acompañados de sacrificios, e incluso de insultos de algunos ciudadanos.

“Nuestra misión es proteger la vida, la integridad física de las personas y en esa misión como policías hemos jurado bandera y no escatimamos los riesgos que nuestro trabajo conlleva, cuando hay una situación de emergencia que hay que atenderla, incluso se nos olvidan las medidas de autoprotección. El trabajo del policía también representa –trabajar– cuando hay feriados, entendemos que esas fechas son complicadas, ese es el trabajo del policía, tenemos que adelantar o atrasar el cumpleaños de un hijo, toca partir un pastel antes o en caso de que la esposa esté en estado de gestación, cuando el policía llega ya hay un nuevo miembro en la familia”.

De acuerdo con el entrevistado, a partir del año pasado, todos los policías hombres gozan de 72 horas para permanecer con sus esposas que dan a luz, antes no sucedía esto. Mientras que las mujeres policías toman los días establecidos en la Ley.

SIN BALAS, CHALECOS Y VEHÍCULOS

Miles de policías trabajan en condiciones precarias, con salarios que oscilan de Q4 mil 542.44 a Q20 mil 477.90, estos montos los obtienen mensualmente por medio de bonos, pues los salarios base son bajos y eso impacta en sus prestaciones laborales y otros beneficios económicos.

Las precariedades en esa institución son las mismas de hace diez años, pues carecen de balas para enfrentarse a la delincuencia; los policías deben adquirir este insumo de su propio dinero, y no todos tienen chalecos blindados.

Además, deben comprar sus uniformes e insignias para colocar a su indumentaria, incluso hasta los utensilios de oficina y limpieza. Duermen hacinados, en colchonetas sucias y en mal estado; cuando llueve el agua inunda algunas sedes policiales y corren el riesgo de que haya un cortocircuito.

Recientemente, los agentes indicaron que deben reunir dinero para el servicio de las patrullas (kilometraje), pues las autoridades no buscan mecanismos para atender las necesidades que se presentan en las comisarías.

Los policías dijeron la semana pasada a La Hora, que quisieran prevenir los delitos que ocurren, como los ataques a camiones recolectores de basura y de distribución de productos en zonas rojas, sin embargo, “sin patrullas en funcionamiento”, no pueden hacer mucho.

Verónica Godoy, directora de la Instancia de Monitoreo y Apoyo a la Seguridad Pública (Imasp) ha reiterado que la dignificación policial es un tema que ha quedado rezagado y el problema es que se exige a la PNC, pero no se le proporcionan las condiciones de trabajo y de dignidad, no ha habido aumentos salariales, sino únicamente se les ha concedido bonos; esto incide en la desmoralización del personal, la corrupción, falta de mística y sentido de pertenencia.

La directora de Imasp opina que el reto del nuevo gobierno es trazar la ruta de reconstrucción de la PNC y fortalecerla.

“Uno de los retos sería reconstruir o definir los caminos que puedan llevar a la Policía a una reconstrucción de lo que se perdió en este año (durante la administración de Enrique Degenhart). Trazar las líneas de fortalecimiento, continuar con un proceso de fortalecimiento y mejorarlo”, indica.

Por otro lado, se refirió a las muertes de policías y dijo que deberían existir programas integrales de apoyo a las familias de quienes mueren en servicio.

“Las familias se quedan sin el apoyo, sin el sustento y la institución no responde adecuadamente por ellos”, indica Godoy.

La profesional agrega: “La Policía se ha quedado relegada y hay un tope, por ejemplo, el tema presupuestario, porque –la Policía– no tiene una ampliación presupuestaria de acuerdo con sus necesidades, hay temas como este –la niñez huérfana– que –debe ser– parte de la dignificación del policía y de esa parte humana. Es un trabajo riesgoso que están ejerciendo”.

 

 

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